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20 de noviembre de 2016

El pueblo poderoso de los astures (IV)

Ganadería, agricultura, pesca y marisqueo durante la cultura castreña
Recreación de la vida cotidiana alrededor del castro. Museo Arqueológico de Asturias. Libro N.º 1, pág. 6 y 7. La Cultura Castreña. Mil años en el castro. ÁNGEL VILLA - EDUARDO GARCÍA - MIKI LÓPEZ. La Nueva España. Foto Archivo.
La ganadería se convirtió en una de las principales actividades de la sociedad astur y, aún hoy lo sigue siendo
Mapa de localización de algunas de las joyas castreñas asturianas. Libro N.º 1, págs.10 y 11. La Cultura Castreña. Mil años en el castro. ÁNGEL VILLA - EDUARDO GARCÍA - MIKI LÓPEZ. La Nueva España. Foto Archivo.
El Blog de Acebedo.
Los pastores astures eran trashumantes y se desplazaban continuamente en busca de pastos para el ganado, sin embargo, en esta época el pastor no debe considerarse como el dueño exclusivo del ganado, es muy probable, al menos durante los inicios de esta nueva actividad, que los rebaños fueran comunes y, más tarde, con el concepto de propiedad privada, esos rebaños pertenecerían a las familias más importantes, en este último caso el dueño del rebaño podría ser el propio pastor o delegar en otra persona el duro trabajo de la trashumancia, realmente no se aprecia una ganadería privada hasta el s.I d.C con la llegada de los romanos.
Castro de Pendia en Boal. (CAMILO ALONSO). La Voz de Asturias.
Se gana terreno al monte para la ganadería
Con las actividades ganaderas en auge las poblaciones comienzan a ganarle terreno al bosque en favor de las zonas de pasto, esto establece nuevas divisiones territoriales, cada unidad gentilicia explotaba gradualmente el espacio circundante alrededor del castro creando zonas de pasto para el invierno y, por otro lado, se trazaron caminos que servían como eje de intercambio entre los diferentes emplazamientos y para ascender a los pastos altos de montaña cuando llegaba el buen tiempo. Los rebaños eran principalmente de cabras, animal que también era usado con fines rituales en honor de un dios que los romanos asemejaban a Marte. El uso de grasa como sustitutivo del aceite indica que el jabalí se llegó a domesticar y se creó la ganadería porcina, Estrabón habla en sus escritos de la calidad que tenían los jamones cantábricos y no es raro teniendo en cuenta la cantidad de bellotas que ofrecía la zona y las características de la raza del cerdo de tronco celta, similares al ibérico. Los astures se vestían con sayos y esta prenda se realizaba con lana de oveja así que también debía de existir el ganado ovino al final del hierro, en el año 301 d. C el precio de la lana astur se dispara según se refleja en el Edicto Máximo de Precios de Diocleciano. El ganado bovino también tenía un peso importante, a la figura del toro – vaca se asociaba a la diosa Nabicca en honor a la cual se le realizaban sacrificios de este animal.
Los animales del castroLibro N.º 4, pág. 44. La Cultura Castreña. La campa Torres, en el centro del mundo ÁNGEL VILLA - EDUARDO GARCÍA - MIKI LÓPEZ. La Nueva España. Foto Archivo.
La ganadería
Una ganadería tan variada ofrecía gran cantidad de recursos como carne, leche y sus derivados, pieles, astas, tendones para cuerdas etc. En los casos en los que se usaban caballos o bóvidos para el transporte y para arar, se reducía la carga de trabajo y se agilizaba enormemente la tarea. Una gran parte del castro estaba dedicado a la estabulación de los animales, ya fuera en zonas comunes en la parte alta del castro, en corrales anexos a las viviendas o en otras zonas preparadas para ello a modo de cuadras comunitarias. La agricultura durante la cultura castreña tiene sus inicios con los cereales y se ha considerado una actividad bastante escasa en general, a los astures se les atribuyen saqueos a otros pueblos vecinos, como los Vetones, como la principal forma de obtención del cereal, en especial del trigo. Sin embargo esto no quiere decir que no se cultivara, está constatado el cultivo de algunas legumbres como los guisantes, del lino, del mijo, de la cebada, el centeno y la escanda. 
Los animales del castroLibro N.º 4, pág. 45. La Cultura Castreña. La campa Torres, en el centro del mundo. ÁNGEL VILLA - EDUARDO GARCÍA - MIKI LÓPEZ. La Nueva España. Foto Archivo.
El trigo por su parte era más difícil de cultivar debido a la alta humedad y, al escasear, la forma más fácil de conseguirlo era quitándoselo al vecino más cercano, los Vetones eran unos de los principales productores de trigo y lo hacían de forma comunitaria, es decir, todo el cereal se almacenaba junto, esto lo hacía aún más sencillo, los astures solo debían esperar un buen momento en el que no hubiera demasiada gente, entrar en el almacén, coger todo el trigo que fueran capaces de transportar y volver lo más rápido posible, los escritos romanos cuentan que estas incursiones eran un hecho bastante habitual y, una vez que Roma sometió a los Vetones, usaron este factor como un motivo más para justificar las guerras astur – cántabras. 
El menú del día en el castroLibro N.º 2, págs. 34-35. La Cultura Castreña. Coaña , el Castro perfecto. ÁNGEL VILLA - EDUARDO GARCÍA - MIKI LÓPEZ. La Nueva España. Foto Archivo.
Los campos de cultivo durante la cultura castreña podían consistir en pequeñas granjas familiares o en campos comunitarios asociados a poblados que se encargaban de abastecer a otros castros mayores, un ejemplo de este último caso se representa en los castros de Serín y de Castiello, ambos asociados al castro de Noega en la Campa Torres de Gijón. La agricultura de cereales era rotativa, cada año se variaba el terreno para no agotar la tierra. Primero se preparaba la tierra, se limpiaba de hierba y se realizaban los riegos usando como herramientas la azada y el pico, después se sembraba el grano de cereal que se había guardado de la anterior cosecha. Cuando la planta estaba lista para cosechar se realizaba la siega con hoces de mano, se iban cortando los tallos y se juntaban en grandes manojos para trasportarlos a la zona destinada a separar el grano del resto de la planta. Posteriormente se realizaba la trilla, los manojos se colocaban en el suelo y se iban golpeando las puntas de las plantas para que el grano cayera al suelo, para ello se usaba el mayal (palo que tiene un extremo móvil) o una horquilla de madera.
El menú del día en el castroLibro N.º 2, págs. 34-35. La Cultura Castreña. Coaña, el Castro perfecto. ÁNGEL VILLA - EDUARDO GARCÍA - MIKI LÓPEZ. La Nueva España. Foto Archivo.
  Una vez que se desprendía todo el grano se recogía la hierba sobrante y se le daba al ganado. El grano se recogía con un rastrillo y se colocaba sobre un paño en un lugar seco, cuando se secaba del todo se pasaba por una criba para deshacerse de las impurezas. Para conservarlo se guardaba en sacos, tinajas de cerámica o recipientes de madera, también se molía y se guardaba a modo de harina. Según avanza la edad de hierro, sobre todo a partir de la llegada de los romanos, muchos de los campos de cultivo quedan en manos de unos pocos poderosos, se usaban a los esclavos y algunos jornaleros como mano de obra y la cosecha era íntegra para propietario del terreno. 
Zona Oeste del Cabo Blanco en el concejo del Franco (Asturias). Los castros del mar. Libro N.º 3, pág. 15. La Cultura Castreña. Los Castros del mar. ÁNGEL VILLA - EDUARDO GARCÍA - MIKI LÓPEZ. La Nueva España. Foto Archivo.
La pesca y el marisqueo eran actividades muy importantes. En los castros interiores podían realizar estas actividades en el río, destacando la pesca del salmón y de la trucha. Los castros costeros poseían muchos más recursos, podían pescar en la costa o en mar abierto y recoger todo tipo de mariscos y moluscos. Las embarcaciones pesqueras consistían en un armazón de madera que se cubría con pieles curtidas a base de corteza de roble, para que éstas fueran impermeables se engrasaban con grasa animal y para mantenerlas fijas se sujetaban con un sistema de correas, la proa de la embarcación también quedaba recubierta por una capota. Para mantener el barco equilibrado le colocaban una quilla de madera. Los remos eran una herramienta indispensable para dirigir el barco pero también poseían velas de cuero para aprovechar la fuerza del viento y ganar velocidad. Las anclas consistían en lastres hechos con grandes bloques de piedra. Las herramientas de pesca consistían en redes, cañas y arpones.
Anzuelo de pesca hallado en el castro de la Campa Torres (Gijón). Los castros del mar. Libro N.º 3, pág. 37. La Cultura Castreña. Los Castros del mar. ÁNGEL VILLA - EDUARDO GARCÍA - MIKI LÓPEZ. La Nueva España. Foto Archivo.
Anzuelos de pesca
La pieza de pesca más sorprendente por su tamaño y fuerza era la ballena. La caza de la ballena era una actividad comunitaria que exigía el trabajo colectivo de varios pescadores. La ballena adulta era una presa muy difícil de matar y transportar, por eso era mejor localizar alguna que estuviera con su cría, los ballenatos eran más asequibles. Cuando se divisaban a las ballenas cerca de la costa los pescadores armaban sus barcos con arpones que unían a la embarcación con cuerdas. Todos los barcos del castro salían a la mar, elegían al ballenato y le lanzaban una lluvia de arpones, como las ballenas tienen una capa de piel muy gruesa en realidad no lo mataban, el ballenato quedaba apresado sin poder liberarse de los arpones pero aún lucharía un buen rato. La técnica de los pescadores consistía básicamente en aguantar hasta que muriera por agotamiento, claro está que todo esto había que hacerlo evitando a la gran ballena madre, es muy posible que mientras unos capturaban a la cría otros intentaran distraer o contener a las ballenas adultas.
hueso de ballena (Museo Arqueológico Faro Campa Torres – Gijón). Foto Archivo.
Hueso de ballena
Como se trataba de una pesca conjunta su reparto era igualmente comunitario y seguro que semejante captura iría acompañada de algún tipo de celebración a modo de comida colectiva. El preparado de la ballena era un proceso bastante laborioso y de ella se aprovechaba todo, para poder usar la carne primero se hervía durante dos días a fuego vivo, luego se enfriaba, se ahumaba y, al final, se conservaba en grandes toneles. La grasa de ballena, a pesar de su olor pestilente, era un buen aislante para las pieles, servía como combustible para las antorchas y se usaba para hacer jabones. Por último se aprovechaban los grandes huesos como vigas, armazones o dinteles de las cabañas. La ballena era una presa poco usual, su captura era un hecho singular en cualquier poblado, la base de la pesca estaba por tanto en otras pesas de menor tamaño como las chopas, las lubinas, los pulpos, los calamares y en el marisqueo de percebes, llámparas (lapas de mar), oricios (erizos de mar), mejillones, berberechos etc. La alimentación de los astures se complementaban con la caza y la recolección, dos tareas que seguían siendo importares durante la cultura castreña.
Excavaciones en el Cabo Blanco (El Franco-Asturias). Los castros del mar. Libro N.º 3, pág. 16. La Cultura Castreña. Los Castros del mar. ÁNGEL VILLA - EDUARDO GARCÍA - MIKI LÓPEZ. La Nueva España. Foto Archivo.
Caza y Recolección en la cultura castreña
Los Astures vivían en un territorio con grandes zonas boscosas y las tareas de recolección y caza seguían siendo un método importante para el abastecimiento de alimentos, de medicinas y para la obtención de otros recursos básicos como la madera. En los inicios de la cultura castreña la recolección sigue siendo una tarea básica para completar la alimentación. Los productos recolectados dependían de la época del año. El invierno era la estación menos productiva y la recolección era limitada, consistía principalmente en raíces y alguna hierba.
Morteros de cazoleta, su utilidad más probable es la de utillaje domestico para la molienda. Libro N.º 2, pág. 32. La Cultura Castreña La Cultura Castreña. Coaña , el Castro perfecto. ÁNGEL VILLA - EDUARDO GARCÍA - MIKI LÓPEZ. La Nueva España. Foto Archivo.
En otoño se recogían las bellotas, algunos historiadores antiguos como Estrabón o Plinio el Viejo nos cuentan que molían las bellotas en unas cazoletas hasta convertirlas en harina, con ella elaboraban unas tortas de pan que podían ser almacenadas durante algún tiempo para así consumirlas poco a poco. Los molinos de grano manuales eran muy comunes en todo el territorio, en el Castro de Coaña se han encontrado un buen número de ellos. También hacen referencia a que solo comían una vez al día. Otro fruto básico en la alimentación era la castaña, popularmente se ha venido aceptando que el castaño fue un árbol que introdujeron los romanos, sin embargo la arqueología ha demostrado que ya existían en Asturias mucho antes de la llegada de Roma, también es curioso el modo en el que los astures conservaban la castaña, se recogían recién caídas con el erizo que envuelve la castaña incluido y se guardaban en unos pozos previamente excavados en el suelo, luego se cubrían de musgos y helechos, de esta forma los erizos se iban abriendo siempre de arriba hacia abajo y las castañas del fondo no se estropeaban, cuando se necesitaban solo había que abrir el pozo y recogerlas de la parte superior, éste método les permitía conservar la cosecha durante casi todo el año. 
Molino astur de granito, (Castro de Coaña-Asturias). Foto Archivo.
Otro producto que se recolectaba del bosque eran las setas, ya fuera con fines alimenticios o con fines alucinógenos para algún ritual. Durante la primavera y el verano era tiempo de recoger frutos frescos y otras hierbas, moras, fresas, hierbabuena, menta, manzanilla etc. Algunos podían desecarse como medio de conservación y otros se consumían en el momento, muchos de ellos además eran empleados como medicinas. También extraían miel, recurso bastante codiciado y nada fácil de obtener pues había que arrebatársela a colmenas salvajes que no solían ubicarse en zonas accesibles, normalmente había que subir a la parte alta de un árbol o de un risco, cortar los panales de miel y soportar las continuas picaduras, seguramente empleaban el uso de humo para calmar a las abejas (80.000 abejas por colmena), la miel era un producto muy valorado, no solo por sus propiedades medicinales, si no porque era una fuente de azúcares naturales con un alto valor nutritivo. La caza durante la cultura castreña se practicaba durante todo el año, las principales piezas destinadas a la alimentación era el corzo, el ciervo, el jabalí y cápridos, no hay que olvidar tampoco la caza de piezas más pequeñas como el conejo o las aves. También cazaban, lobos y osos, muy codiciados por sus pieles. El jabalí era una de las presas más importantes, se consideraba el animal familiar por excelencia, existía la creencia de que su caza transmitía al cazador la fuerza, energía y valor del propio animal, algo fundamental para poder entrar en combate. 
Dibujo de Jabalí. Autor: Rafa Pastor García. Facebook: Jara y sedal.

No es raro pensar en la idea de la caza del jabalí dentro de un posible ritual de iniciación para los niños de la tribu, tras el cual se convertirían en hombres. Dejando a un lado el carácter místico del jabalí, en realidad era una pieza que ofrecía una gran cantidad de comida, la arqueología ha podido localizar ahumaderos destinados a la conservación de la carne y es bastante posible que ya en ésta época se realizaran embutidos como medio de conserva. Se han constatado matanzas de caballos en época castreña pero se les atribuye un carácter ritual más que alimenticio, por otro lado los astures tenían fama de ser expertos jinetes a lomo de los asturcones y la figura del equino era bastante respetada, los escritos romanos hablan de Epona como una diosa equina aceptada entre los astures y Plinio nos habla de estos caballos de las siguiente manera: In eadem Hispania Gallaica gens est et Asturica; equini generis hi sunt quos tieldones vocamus minore forma appellatos asturcones gignunt, quibus non vulgaris in cursu gradus, sed mollis alterno crurum explicatu glomeratio, unde equis tolutim carpere incursum traditur arte… Traducción: En la misma Hispania está el pueblo galaico y astur, crían una raza de caballos que los llaman tiledones y los asturcones de menor tamaño cuyo paso en marcha no es corriente, si no elástico debido a que extienden al mismo tiempo las patas de un lado, de aquí que a estos caballos se les haya educado en el arte del trote… Plinio el Viejo.
Lamina de Asturcón de Gonzalo Gil para La Voz de Asturias en 1992. Enciclopedia de la Naturaleza de Asturias. (Foto Archivo)
Las trampas de caza siguen siendo muy similares a los periodos anteriores, pozos con estacas, redes, emboscadas, lanzas, arcos, espadas y puñales eran los métodos usados junto a una buena coordinación del grupo de cazadores, una selección previa de las piezas de caza y el uso de caballos para dirigir las manadas hacia el lugar deseado. Los cazadores conocían los movimientos estacionales de las mandas y los lugares de paso, con ello ideaban tácticas que permitía cazar un buen número de ejemplares para abastecer al poblado durante una buena temporada.
Castro de Pendia, en el concejo de Boal (Asturias). Libro N.º 1, pág. 8. La Cultura Castreña La Cultura Castreña. Mil años en el Castro. ÁNGEL VILLA - EDUARDO GARCÍA - MIKI LÓPEZ. La Nueva España. Foto Archivo.
FUENTES: HISTORIA DE ASTURIAS.TEXTOS EXTRAIDOS DE DIVERSOS ARTÍCULOS Y AUTORES.  EDUARDO GARCÍA. ÁNGEL VILLA VALDÉS. FOTOGRAFIAS: MIKI LÓPEZ. WEB CONSULTADAS: (Fuente: Inma JG-historia de Asturias, La Nueva España, La voz de AsturiasEl Comercio, Hemeroteca de La VanguardiaAstures, Asturias24, WikipediaAstures y Romanos, RIDEA, etc.).
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AUTORES.


Historia de Asturias. Web desaparecida de la red.


Eduardo García García (Oviedo, 1957)
, escritor y periodista de LA NUEVA ESPAÑA. Afincado desde niño en Gijón, promovió y coordinó la Biblioteca Gijonesa del siglo XX, editada con el patrocinio del Ayuntamiento de Gijón, siendo autor además del primer título de la colección, "Un tiempo, una ciudad, las fotos de un siglo". Otros libros de este periodista asturiano son "La transición en Asturias"; "Asturias, un viaje al paraíso", "La Gota de Leche" y "Un Ayuntamiento al Norte". La Nueva España.

Ángel Villa Valdés.
 Ángel Villa Valdés ejerce como arqueólogo en el Museo Arqueológico de Asturias. Con anterioridad, desde el Servicio de Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura del Principado de Asturias, dirigió el Plan Arqueológico del Navia-Eo, programa por el cual se planificaron, entre 1995 y 2009, las intervenciones arqueológicas en los yacimientos del occidente de la región, tanto en las tareas de excavación como de conservación, restauración y musealización del patrimonio arqueológico. Desarrolla su trabajo en ámbitos diversos de la Prehistoria y Antigüedad con particular atención a la investigación del mundo castreño y la minería aurífera antigua, temas sobre los que desarrolló su Tesis Doctoral, trabajo galardonado con el Premio Extraordinario de la Universidad de Oviedo. Ha sido responsable de numerosas intervenciones arqueológicas en los castros más relevantes del occidente de la región como Coaña, Pendia o Chao Samartín y es autor de un centenar de artículos científicos. Fue responsable de los trabajos arqueológicos realizados en el ámbito de las explotaciones auríferas contemporáneas en Asturias (Belmonte de Miranda, Salas, Tineo y Allande). Fue redactor del “Proyecto museológico para el nuevo Museo Arqueológico de Asturias” y formó parte de la Comisión Científica para la definición de sus contenidos. Asimismo, ha sido autor del proyecto museológico del centro de interpretación “Museo Castro de Chao Samartín”, de los contenidos de la primera aula sobre la minería aurífera de Belmonte de Miranda y el “Aula de interpretación arqueológica de Los Oscos”. Ha participado como investigador en diversos proyectos I+D, patrocinados por el Ministerio de Cultura y el Gobierno del Principado de Asturias, colaborando con instituciones como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Universidad Autónoma de Madrid, Universidad de Oviedo o La Casa de Velázquez. Finalmente señalar que Ángel Villa Valdés es miembro del Real Instituto de Estudios Asturianos. FUENTE: LinkedIn.

Miki López.
Fotoperiodista asturiano, jefe de fotografía del diario La Nueva España, especializado en fotografía documental y fotografías de Asturias. Es autor de más de una decena de libros de temática asturiana. Etnografía, cultura y paisajes forman parte de los trabajos más habituales de este fotógrafo asturiano que lleva más de 25 años dedicado al fotoperiodismo en Asturias. Comenzó su carrera profesional como fotógrafo en La Voz de Asturias en el año 1991. Sus fotografías ilustraron reportajes en revistas como Tiempo, Interviu y El Semanal. Es autor, junto con el periodista Eduardo Lagar, de la serie de reportajes "Asturias, Siglo XXI". Fue un proyecto del diario La Nueva España que analizaba la situación de los 78 concejos de asturianos en el cambio de milenio. Desde 2010 es formador de alumnos en prácticas para los Centros Integrados del CISLAN de Langreo y el IES Aramo de Oviedo. Fuente: MIKI LÓPEZ.

EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

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2 comentarios:

  1. Saludos muy bueno el articulo quiero obtener un titulo con este ciclo formativo actividades auxiliares en agricultura pero no sé si será la mejor opción, ustedes lo conocen tienen referencias?

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  2. Estimado Juan Carlos, desconozco el Ciclo Formativo Actividades Auxiliares en Agricultura, así que no te puedo ayudar porque como te digo, no tenía referencias de que existían esos ciclos formativos. Además, según la información que me proporcionas (al final del documento), solo se da ese curso en el Centro privado JUAN XXIII - NICOLÁS SALMERÓN en Santander (Cantabria) y no en Asturias. Saludos cordiales.

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