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17 de febrero de 2014

El "Premio Nobel" Severo Ochoa amó profundamente a su Asturias, fue uno de los grandes pioneros de la biología molecular

Severo Ochoa, un premio Nobel de casa
Severo Ochoa de Albornoz (1905-1993). Bioquímico y biólogo molecular español, nacionalizado estadounidense (1956). http://medicusmeo.blogspot.com/2015/10/severo-ochoa-de-albornoz-1905-1993.html
Severo Ochoa es otro ejemplo eminente de asturiano cabal que conciliaba el universalismo con el localismo. Como escribe Teodoro López-Cuesta, una de las personas que más íntimamente le conoció y trató: «Don Severo amó profundamente a su Asturias, sobre todo en sus años finales, cuando las ilusiones de futuro se sustituyen por la ternura de los recuerdos
http://ignaciogracianoriega.net.
Don Severo sintió a su tierra al final de sus días de una manera especial, como puede quererse al hijo que no tuvo o a la mujer en la que sublimó el amor». Sus veranos en La Granda le permitían el reencuentro con la tierra natal, de la que había permanecido demasiados años ausente, cosa que él mismo reconocía, melancólicamente. En La Granda vivía en paz y sosiego, haciendo la vida cotidiana de los demás asistentes a los cursos, charlando de asuntos varios con Juan Velarde o Teodoro López-Cuesta, e incluso atendiendo a las inquisiciones dietéticas de Manolo Galé: «Eso, mejor se lo pregunta a Paco». Se refería a Francisco Grande Covián. Durante una época le gustaba salir conduciendo su automóvil Mercedes por caminos desviados y caleyas, y regresaba asombrándose ingenuamente de su popularidad, porque los automovilistas que se cruzaban con él le tocaban el claxon. Le tocaban el claxon porque Ochoa no era un buen conductor, pero él interpretaba aquellas recriminaciones acústicas como saludo de los lugareños al sabio. Luego, dejó de conducir; dejaba que le condujera su bastón.
Severo Ochoa EN EL CSIC. Con Margarita Salas, antes de una conferencia que el científico pronunció en Madrid en 1993, poco antes de su muerte. / EFE. https://www.elcomercio.es/sociedad/ciencia/legado-margarita-salas-20191108001116-ntvo.html
Severo Ochoa nació en Luarca el 24 de septiembre de 1905. Están próximos a cumplirse, pues, los cien años de su nacimiento. Con este motivo, espero que Asturias le recuerde con dignidad, del mismo modo que el «Diccionario biográfico español» le considera en lugar destacado. Entre sus antepasados se encontraba el capitán de la Marina mercante Rafael Ochoa, que hizo el viaje en agosto de 1869 desde el puerto de Filadelfia, en los Estados Unidos, al de Luarca en diecisiete singladuras a bordo del «Favorita», «clipper» de dos palos, y era tío suyo, por la parte materna, el político Álvaro de Albornoz, que durante la guerra civil de 1936-39 fue embajador de la República en Francia, para exasperación del secretario general del Ministerio de Exterior, Alexis Léger, que firmaba Saint-John Perse su obra poética, por la que recibiría el premio Nobel de literatura en 1960, porque apenas entendía el francés. Refiriéndose a su nacimiento asturiano, Ochoa escribe: «Nací en Asturias y para mí la realidad comienza, naturalmente, con Asturias.
Severo Ochoa con su familia, verano 1958. [fotografía cedida por Joaquín Morilla]. https://cvc.cervantes.es/ciencia/ochoa/morilla.htm
Mis primeros recuerdos son de Asturias, concretamente de Gijón y Luarca. En Gijón iba al colegio durante el invierno; en Luarca pasaba el verano. Si bien nací en una calle del pueblo de Luarca cercana a la iglesia, mi conciencia de Asturias se inicia en la vecina aldea de Villar, sobre la meseta que termina en abrupto y bellísimo acantilado constantemente batido en su base por el mar. Allí es donde veraneábamos desde que tengo uso de razón. Al Sur, la montaña, suave, con todos los tonos verdes imaginables; al Norte, el mar Cantábrico, tranquilo y azul en ocasiones, más a menudo gris, negruzco y amenazador». Durante los veranos en Luarca entra en contacto directamente con la vasta maravilla de la naturaleza, la observa con detenimiento, e incluso pretende interpretarla: «Mi vida en la aldea me hizo entusiasta observador de la naturaleza desde muy niño, y mis andanzas por las escarpadas playas de las cercanías me hicieron enamorarme de la misma. Durante la bajamar pasaba las horas muertas observando la enorme variedad de vida animal y vegetal que poblaba los innumerables pozos formados al retirarse el mar en las oquedades de las rocas. Tal vez fuese éste el despertar de mi futura afición a la biología».
Severo Ochoa de Albornoz (1905 - 1993), científico español, Premio Nobel de Medicina en 1959. https://www.frasesparalahistoria.com/autor/severo-ochoa
 La familia de Ochoa pasaba los inviernos en Málaga. Al llegar la época del ingreso en la Universidad, el joven Severo Ochoa duda entre la ingeniería y la biología, pero considerándose un matemático deficiente, e ilusionado por un buen profesor de biología, se decide por esta rama. Ingresa en la Universidad impresionado por la obra de Ramón y Cajal, a quien «soñaba con tenerlo como profesor de Histología»; más no fue posible, ya que el ilustre sabio se había jubilado. Poco sospecharía Ochoa que, con el tiempo, él también recibiría el premio Nobel de Medicina. A falta de Ramón y Cajal, Ochoa encuentra profesores cuyo magisterio le acompañará siempre, como Teófilo Hernando o Negrín, que «abrió amplias y fascinantes posibilidades en mi imaginación». En 1924, a instancias de Negrín, ingresa en laboratorio de Fisiología de la Residencia de Estudiantes, dirigido por Pío del Río Ortega, y allí conoce a Francisco Grande Covián, con quien colabora en un estudio sobre el papel de las glándulas adrenales en la contracción muscular, que, ampliado, habría de convertirse en su tesis de doctorado. Al tiempo que se inicia como investigador, amplía sus estudios en el laboratorio de Noel Patton en Glasgow y en el Instituto de Biología en Berlín-Dahlem, dirigido por Otto Meyerhof, premio Nobel de Medicina. En 1931 contrae matrimonio con Carmen Cobián en Covadonga; poco después marcha a Inglaterra, a estudiar en el Instituto Nacional de Investigación Médica, dirigido por sir Henry Dale.
De vuelta a España, colabora con el doctor Carlos Jiménez Díaz, en Madrid, residiendo en la llamada Casa de las Flores, famosa porque en ella vivió también otro futuro premio Nobel, el poeta y diplomático chileno Pablo Neruda. El estallido de la guerra civil cambia por completo su horizonte; como escribe López-Cuesta: «Ni los medios que tenía en el laboratorio, aún siendo excepcionales en España, le permiten hacer la investigación que precisa y sueña ni la situación en España le permite continuar con serenidad su trabajo». Gracias a un salvoconducto que le proporciona el doctor Negrín, que ha pasado de ser catedrático de Medicina a ministro de Hacienda (y, más tarde, jefe del Gobierno de la República), puede abandonar España por Barcelona, llevando como viático siete mil dólares que Carmen había obtenido de la liquidación de unos negocios familiares en Puerto Rico. Ochoa esperaba volver a trabajar con su maestro Otto Meyerhof, pero siendo éste judío, su situación en Alemania era muy difícil, por muy premio Nobel que fuera.
A ese gran promotor de la cultura que fue Hitler le traían sin cuidado los premios Nobel: Thomas Mann hubo de huir por el aire, perseguido por un avión del Gobierno, y Carl von Ossietzky se encontraba en un campo de concentración por haber publicado un informe sobre la carrera armamentística alemana. A raíz del premio Nobel de la Paz concedido a éste, Hitler prohibió a cualquier alemán, quienquiera que fuese, que aceptara el prestigioso galardón que se otorgaba en Suecia. Finalmente, por mediación del profesor Hill, que había compartido el premio Nobel con Meyerhof, Ochoa recibe una beca de seis meses para ir a Inglaterra, a trabajar en el Laboratorio de Biología Marina de Plymouth. Más tarde consigue una beca en Oxford, lo que le permite continuar en Inglaterra; pero a consecuencia del estallido de la II Guerra Mundial, Ochoa decide irse a Norteamérica. Embarca en el puerto de Liverpool en agosto de 1940, instalándose en St. Louis, Missouri, y posteriormente pasa a trabajar en el laboratorio de la Washington University dirigido por Carl y Gertry Cori. Un año más tarde marcha a Nueva York, y como el propio Ochoa reconoce, «de Nueva York proviene no sólo la mayor parte, sino la esencia de mi trabajo científico».
Fue el segundo científico, tras Ramón y Cajal, en ser reconocido con un premio Nobel. Sus investigaciones y descubrimientos sobre la síntesis del ácido ribonucleico facilitaron notablemente el camino para el desciframiento de nuestro código genético. https://www.elmundo.es/suplementos/magazine/2005/295/1116622996.html
Este continuado y esencial trabajo científico le conduce a recibir el premio Nobel de Medicina de 1959, compartido con su discípulo, el profesor Arthur Kornberg, el cual señaló, en su elogio, que «Ochoa ha concebido objetivos difíciles y los ha atacado con el firme convencimiento de que tenían solución y de que él era capaz de resolverlos. Su genio consiste en haber sabido evitar los planes grandiosos y en haberse dedicado a las tareas difíciles, que otros consideraban inabordables». Se jubila a los 70 años en la Universidad de Nueva York. Entonces empieza a plantearse el regreso a España. El ministro de Educación español, Villar Palasí, llegó a ofrecerle el rectorado de la Universidad Autónoma de Madrid, lo que hizo a Ochoa reír a carcajadas. Finalmente, fracasados diversos proyectos, regresa a la patria como un particular: a descansar y a recordar.
Severo Ochoa en la época en la que recibió el Premio Nobel. https://www.atlanticaxxii.com/secretos-del-nobel-los-tiempos-severo-ochoa/
FUENTE: IGNACIO GRACIA NORIEGA http://ignaciogracianoriega.net - Publicado por La Nueva España el 27 de agosto de 2005
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Ochoa, Severo (1905-1993)
http://www.mcnbiografias.com
Bioquímico y biólogo molecular español, nacionalizado estadounidense, nacido en Luarca (Asturias) el 24 de septiembre de 1905 y fallecido en Madrid el 1 de noviembre de 1993. Fue Premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1959, premio que compartió con el bioquímico Arthur kornberg, por sus descubrimientos sobre el mecanismo de la síntesis biológica del ácido ribonucleico (ARN) y del ácido desoxirribonucleico (ADN). Severo Ochoa inició sus estudios en Málaga, ciudad a la que se trasladó con su familia tras el fallecimiento de su padre, en 1912. Su interés por la biología fue estimulado en gran parte por las publicaciones del gran neurólogo español Santiago Ramón y Cajal; Ochoa se trasladó a Madrid y cursó estudios de medicina que, en aquella época, eran los que mejor salida daban a sus perspectivas futuras; se licenció en 1929 por la Universidad Complutense de Madrid doctorándose poco después, sin embargo, nunca ejerció la medicina; el mismo declaró en numerosas ocasiones que no había visto a un enfermo desde que salió de la Facultad. Durante su estancia en Madrid vivió en la Residencia de Estudiantes, en la que ingresó en 1927, y allí fue compañero de grandes intelectuales y artistas de la época, como García Lorca y Salvador Dalí. En la Universidad madrileña fue profesor ayudante de Juan Negrín y le fueron concedidas varias becas para ampliar sus estudios en las Universidades de Glasgow, Berlín y Londres, y principalmente en Heidelberg, concretamente en el Instituto Kaiser Wilhelm para la Investigación Médica; durante este periodo trabajó en la bioquímica y la fisiología del músculo, bajo la dirección del profesor Otto Meyerhof, cuya influencia fue decisiva a la hora de tomar una perspectiva en su futura carrera científica. En 1931, ya de vuelta en Madrid y en el mismo año de su boda con Carmen García Cobián, fue nombrado Profesor Ayudante de Fisiología y Bioquímica de la Facultad de Medicina de Madrid, cargo que ocupó hasta 1935. En 1932 realizó los primeros estudios importantes sobre enzimología, en el Instituto Nacional para la Investigación Médica de Londres, y en 1935 fue invitado por el profesor Carlos Jiménez Díaz a asumir la Dirección del Departamento de Fisiología del Instituto de Investigaciones Médicas de la Ciudad Universitaria de Madrid.
Severo Ochoa para presencias andaluzas de Víctor Márquez Reviriego. Diario El Mundo de Andalucía. http://estudiodavidpadilla.blogspot.com/2010/01/severo-ochoa-para-presencias-andaluzas.html
En 1936 estalló la Guerra Civil Española y ello favoreció la partida de Severo Ochoa hacia ambientes más propicios para la investigación. Así, llegó de nuevo a Alemania y en ese mismo año fue designado asistente de investigación invitado en el Laboratorio de Meyerhof de Heidelberg, donde estudió las enzimas de ciertos pasos de la glucolisis y de las fermentaciones. Pero tampoco duró aquí mucho tiempo, pues la invasión nazi no tardó en llegar y tuvo que salir del país, ya que su jefe era judío. En 1937 se trasladó a Plymouth y allí investigó en el Laboratorio de Biología Marina y desde 1938 hasta 1941 se dedicó al estudio de la función biológica de la tiamina (vitamina B1) y de otros aspectos enzimáticos del metabolismo oxidativo, en el Laboratorio de Rudolph Peters de la Universidad de Oxford. Emigró a los Estados Unidos en 1941, esta vez a causa del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Comenzó su andadura americana con un cargo en el Departamento de Farmacología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, en San Louis, y allí realizó interesantes estudios enzimológicos con los investigadores Carl Cori y Gerty Cori. Posteriormente, en 1942, pasó a trabajar en la Universidad de Nueva York, donde permaneció gran parte de su vida; allí, y estimulado por su esposa, emprendió una carrera de investigación independiente que más tarde daría sus frutos, mientras realizaba su labor como investigador asociado en la Facultad de Medicina.
Severo Ochoa, Bolígrafo sobre papel. http://arteporencargo.com/?tip=2&id=1525877383#dibujos  
Fue Profesor Asistente de Bioquímica en 1945, Profesor y Director del Departamento de Farmacología de dicha facultad desde 1946 hasta 1954, y Profesor de Bioquímica y Jefe del Departamento de Bioquímica desde 1954 hasta su jubilación. Aunque Severo estaba convencido de los beneficios que les reportaría la nacionalidad americana, dejó que fuera su mujer la que tomara, más tarde, la decisión de pedir la ciudadanía americana, que les fue concedida en 1956; pero según sus propias palabras él siempre se consideró "un exiliado científico, no político". Sus experimentos realizados en esta época sobre farmacología y bioquímica, especialmente en el campo de las enzimas, le valieron la Medalla Bewberg de 1951. Investigó el metabolismo de los hidratos de carbono y de los ácidos grasos, y descubrió una nueva enzima que aclaraba el mecanismo de oxidación del ácido pirúvico (ciclo de Krebs); también estudió el papel del complejo vitamínico B en estos ciclos y el proceso de fijación de CO2 por parte de las plantas verdes. Pero sus principales investigaciones se centraron en los fosfatos de alta energía que participaban en las reacciones bioquímicas. Eran éstos unos años en los que la bioquímica experimentaba una revolución a nivel molecular; así en 1953, J. Watson y F. Crick habían propuesto un modelo en forma de doble hélice que explicaba la estructura molecular del ADN (ácido desoxirribonucleico) y en 1955 Severo Ochoa descubrió y aisló una enzima de una célula bacteriana de Escherichia coli, que él denominó polinucleótido-fosforilasa y que luego fue conocida como ARN-polimerasa, cuya función catalítica es la síntesis de ARN (ácido ribonucleico), la molécula necesaria para la síntesis de proteínas. Con esa enzima, Ochoa consiguió por vez primera la síntesis del ARN en el laboratorio, a partir de un sustrato adecuado de nucleótidos (sus componentes elementales). Un año más tarde, el bioquímico norteamericano Arthur kornberg, discípulo de Ochoa, demostró que la síntesis de ADN también requiere otra enzima polimerasa, específica para esta cadena.
El rey Gustavo Adolfo de Suecia entrega el Premio Nobel de Medicina a Severo Ochoa ABC.                     https://www.abc.es/sociedad/abci-severo-ochoa-padre-biologia-301234791812-20180809042321_galeria.html#imagen6
Ambos compartieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1959 por sus descubrimientos. Estos extraordinarios hallazgos permitieron posteriormente el desciframiento del código genético (que se comprobó era universal para todos los seres vivos) y la confirmada capacidad reproductiva de los ácidos nucleicos hizo que éstos fueran ya considerados como las moléculas de la herencia biológica. Por ello, el científico Hermann Joseph Muller afirmó que la vida se creo artificialmente en el laboratorio en 1955, en alusión al experimento de Ochoa. Posteriormente, vista la importancia biológica de la doble hélice de ADN, Watson y Crick compartieron el Premio Nobel de Fisiología y Medicina de 1963. Severo Ochoa continuó investigando el mecanismo molecular de la lectura del mensaje genético y su expresión. En 1971 fue nombrado Director del Laboratorio de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid. Dejó la Universidad de Nueva York en 1975, regresó a su país de origen y en la década de 1980 dirigió dos grupos de investigación en biosíntesis de proteínas simultáneamente, uno en el Instituto de Biología Molecular de Madrid y otro en el Roche Institute of Molecular Biology de Nueva Jersey, en Estados Unidos, hasta que en 1985 fijó su residencia definitivamente en España. Aunque se jubiló oficialmente en 1975, nunca abandonó la investigación. Ochoa tiene en su haber distinciones de Doctor "Honoris Causa" de las Universidades de Saint Louis, en Washington, de Glasgow, de Oxford, de Nueva York, de Salamanca, Santiago de Compostela y de Brasil, entre otras. Es profesor honorario de las universidades de San Marcos, Lima y Perú. Le concedieron la Medalla Neuberg de Bioquímica en 1951, la medalla de la Sociedad de Química Biológica y la de la Universidad de Nueva York en 1959.
Fue miembro de varias sociedades y academias en Estados Unidos, Alemania y otros países. Fue además Presidente de la Unión Internacional de Bioquímica. En 1980 le fue concedida una de las más altas distinciones en Estados Unidos, la National Medal of Science. Asturiano de nacimiento, Severo Ochoa fue Presidente del jurado del Premio Príncipe de Asturias de Ciencias desde su primera convocatoria en 1981. En 1982 le fue concedido el Premio Ramón y Cajal en su primera convocatoria, que compartió con su amigo el filósofo Javier Zubiri. En febrero de 1897 fue nombrado Presidente del Patronato de la Fundación Jiménez Díaz; el mismo año ingresó en la Real Academia de Medicina y en 1992 en la Real Academia de Doctores. En abril de 1988 fue nombrado Presidente de Honor de la Asociación de Antiguos Residentes y Amigos de la Residencia de Estudiantes. En mayo de 1986 murió su mujer, y ello supuso para Severo un golpe muy duro que le sumergió en una especie de profunda depresión. A partir de entonces, Ochoa decidió no volver a publicar ningún trabajo científico más, con lo que puso totalmente fin a su brillante carrera. A partir de entonces se dedicó principalmente a dar conferencias, a atender a los medios de comunicación y a tratar con los estudiantes del Centro de Biología Molecular de Madrid. En junio de 1993 presentó en Madrid su biografía titulada "La emoción de descubrir", escrita por el periodista Mariano Gómez-Santos, y en noviembre de ese mismo año murió en Madrid, a la edad de 88 años, a consecuencia de una neumonía.
Severo Ochoa, durante la inauguración del Instituto de Investigaciones Biomédicas. ABC.  https://www.abc.es/sociedad/abci-severo-ochoa-padre-biologia-301234791812-20180809042321_galeria.html#imagen5
FUENTE. MARÍA ISABEL BERMEJO BERMEJO - MCNBIOGRAFIAS
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AUTORES.

José Ignacio Gracia Noriega
(Llanes, 17 agosto 1945 - Oviedo, 6 septiembre 2016), ha sido uno de los escritores españoles más fecundos, críticos, originales e independientes de los últimos tiempos. La mayor parte de su obra la escribió en su casona familiar de Llanes, rodeado de libros y de un número variable de gatos, dedicado a su único oficio, el de escribir sirviéndose de vetustas plumas fuente y añejas máquinas ignorantes de la electricidad, que se negó a reemplazar por artilugios más modernos. Desde 2007 vivió en Sevares, buscando la tranquilidad y el sosiego que había perdido en su villa natal por enfrentamientos políticos. En febrero de 2011 recuperó judicialmente el título de Cronista oficial de Llanes, del que había pretendido despojarle en 2003 el alcalde del momento. Se formó en las Universidades de Oviedo y Madrid y ejerció el periodismo tanto en la radio como en la prensa regional y madrileña. Durante décadas fue colaborador del periódico ovetense La Nueva España. Miembro del Instituto de Estudios Asturianos (IDEA), recibió los premios de novela Tigre Juan, Casino de Mieres y Asturias. Formó parte del Consejo de Redacción de la revista de filosofía El Basilisco y del Consejo Asesor de la Fundación Gustavo Bueno. Narrador, ensayista, articulista, gastrónomo, crítico literario y cinematográfico, autor de libros de viajes, &c., ha publicado Asturias en pocas palabras (1980), Las crónicas de la Cofradía de la Mesa de Asturias (1980), Crónicas viajeras (1985), Indianos del Oriente de Asturias (1987), Una raya azul por Oviedo (1987), El viaje del obispo de Abisinia a los santuarios de la Cristiandad (1987), Semblanzas (1987), Entre el mar y las montañas (1988), El paso de Faes (1988), Dudoso paraíso (1990), El muro de la eternidad (1991), Vísperas del nuevo tiempo (1992), Los asturianos pintados por sí mismos (1995), Oviedo en los libros (1997), En un jardín tenebroso (1998), El viaje del norte (1999), Alarcos en Oviedo (2001), Asturias, esa desconocida (2001), Hombres de brújula y espada. Aventureros asturianos por el ancho mundo (2002), Don Pelayo. El Rey de las montañas (2006), Emilio Alarcos Llorach (2006), Luz del mar. Faros atlánticos de España y Portugal (con Carlos Olmo) (2007), El arzobispo Fernando de Valdés, la Mitra, la Universidad y la Hoguera (2008), Vivir de milagro (2008),La montaña mágica (2008), Historias de Covadonga (2008), Sobre cocina y gastronomía (2009), El reino mágico de Arturo (2009), Iñigo Noriega, un conquistador en México (2009), Poesía del mar (2010), Menéndez Pelayo. Genio y figura (con César Alonso de los Ríos y Aquilino Duque (2012) y Las burbujas de la tierra (En torno a William Shakespeare) (2016), &c. La Universidad de Córdoba publicó en 2009, sobre su obra, el volumen Gracia Noriega, escritor, coordinado por Luis Palacios Buñuelos, y en el que se incluyen varios cuentos de Ignacio Gracia Noriega. FUENTE: http://www.ignaciogracianoriega.net

EL BLOGDE ACEBEDO. (ANTOLOGIA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío nella


La Web de las Biografías. Biografía de Severo Ochoa. Autora: María Isabel Bermejo Bermejo. 
FUENTE: Texto extraído de http://www.mcnbiografias.com




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NOTA: Los nombres de los autores aparecen en el pie de cada imagen o al final de cada artículo, si no es así, se debe a que es un dato que se desconoce, así que, si algún autor la ve en este blog, le rogamos que se ponga en contacto con El Blog de Acebedo para hacerlo figurar o para borrarla si es su deseo, porque es justo reconocer a los autores.

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