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23 de enero de 2023

La actividad pesquera en Asturias desde la prehistoria

La Asturias marinera
Pico asturiense, primer útil de pesca original de los asturianos. Foto Archivo. (Coloreada). Editorial Prensa asturiana. S. A.
Diversos testimonios dan fe de la actividad pesquera en Asturias desde los tiempos prehistóricos, con una cultura, el asturiense, que hizo de la pesca su casi principal actividad
Los científicos ahondan sobre la vida de las poblaciones mesolíticas que habitaron en los concheros asturienses de El Mazo y el Toral III (Llanes, Asturias). (...). Saber más... Paleorama.

El Blog de Acebedo
A lo largo de los siglos, en el borde costero asturiano, amparados en pequeñas calas o abrigos naturales o en la desembocadura de los ríos, han ido surgiendo una serie de pueblos y puertos que han desarrollado toda su vida volcados hacia las actividades marítimas y pesqueras. Desde la pesca de la ballena. fructífera actividad desarrollada en nuestras costas desde tiempos medievales hasta el siglo XVIII y principios del XIX. Desde tiempo inmemorial los pescados y demás frutos del mar han jugado un papel de primer orden en la dieta alimentaria humana, estando considerados como parte de los alimentos más antiguos que se conocen, anteriores incluso a los derivados de la agricultura y la ganadería. En Asturias desde los tiempos prehistóricos se confirma la presencia humana en distintos asentamientos y cuevas próximas al litoral donde conviven pequeñas comunidades que obtienen del mar una parte fundamental de los recursos de su dieta. Las excavaciones arqueológicas realizadas en estos yacimientos confirman totalmente estas ocupaciones, y precisamente una de las etapas culturales de transición entre el Paleolítico y el Neolítico, la conocida como cultura Asturiense, que comprende desde el VIII milenio hasta mediados del IV antes de Cristo, se distingue por la gran cantidad de restos de moluscos, mariscos y otras especies marinas que aparecen amontonados en las entradas de las cuevas y abrigos rocosos. 
El Pico Asturiense. Las gentes asturienses se especializaron en la explotación de los recursos costeros (“cultura de los concheros”), sus yacimientos se sitúan normalmente sobre la plataforma litoral, en zonas de fácil comunicación, tanto hacia la línea de costa rocosa y de ensenadas como hacia el interior del país. (...). Saber más... Terrae Antiqvae.
Estos alimentos eran recolectados y capturados en los pedreros, playas y desembocaduras de los ríos valiéndose de rudimentarios anzuelos de hueso alargados y apuntados en los extremos, y fundamentalmente del peculiar pico asturiense, un sencillo guijarro de cuarcita muy puntiagudo fabricado por golpes directos con otra piedra de mayor dureza, al que podríamos considerar el primer útil de pesca autóctono de los habitantes del territorio asturiano. Durante la cultura castreña se constata la continuidad de las prácticas de recolección de mariscos en la zona intermareal según los restos hallados en los concheros castreños; asimismo, la presencia de anzuelos y arpones en algunos de los castros costeros excavados también confirmaría la existencia de cierta actividad pesquera. Aunque será en pleno período de romanización, a partir de mediados del siglo I d. de C. cuando el sector marítimo-pesquero adquiera cierta relevancia en nuestro litoral. Además del desarrollo del comercio marítimo de cabotaje entre diversos puertos cantábricos, el descubrimiento de una factoría romana de salazones de pescado durante las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en Gijón en 1991 ratificaría el destacado protagonismo económico de la explotación de los recursos pesqueros para el consumo local y para su posible exportación. 

Recreación idealizada de la pesca de la ballena en la bahía gijonesa. Otro recurso básico en la economía medieval asturiana era la sal. «historia de Gijón». La Nueva España.

A la llegada del medievo, el pescado se convierte en uno de los artículos básicos en la alimentación humana tanto por su abundancia como por la rigidez en el cumplimiento de las disposiciones eclesiásticas sobre ayunos y abstinencias predominantes en una sociedad marcadamente vinculada al estamento religioso. Pero será a partir de la Alta Edad Media cuando la actividad de toda la franja costera astur experimente un fuerte crecimiento desde pequeños asentamientos de población situados en las desembocaduras y estuarios de los ríos o al abrigo de pequeñas calas o ensenadas naturales, intensificando no sólo el consumo interno, sino claramente orientado hacia su comercialización exterior. J. L. Ruiz de la Peña (1981) define con precisión las características de esta transición: “Entre esos factores hay que destacar en primer lugar, el desarrollo de un activo comercio importador de sal, elemento básico para la puesta en marcha de unas explotaciones pesqueras en gran escala al permitir la conservación de los excedentes, y consiguientemente, la comercialización de una producción en continuo crecimiento.  
Galería de imágenes de la exposición de producción propia “LLANES Y LAS BALLENAS”, que estuvo abierta en la primera planta de la Casa Municipal de Cultura de la villa llanisca desde julio de 2015 hasta abril del año 2016, recogía los aspectos más relevantes de la actividad ballenera entre los siglos XIII y XVII. (…). Saber más… Higinio del Río. Cuaderno sobre Llanes: historia, cultura y territorio.
En segundo término, resultó decisivo el impulso dado a la explotación de los bienes del mar por la repoblación urbana que, del Deva al Eo, en el curso del siglo XIII, esmaltará la fachada costera asturiana de un crecido número de villazgos con una acusada especialización pesquera a la que asociarán un tráfico portuario comercial que, en mayor o menor medida, influirá también positivamente en la expansión de aquel sector: Llanes, Ribadesella, Villaviciosa, Gijón, la Puebla de Carreño (Candás), la Puebla de Gozón (Luanco), Pravia, Luarca, Navia y Castropol”A todas estas nuevas villas litorales habría que añadir la de Avilés (con carta de fundación desde finales del siglo XI), que por entonces contaba en exclusiva con alfolí de sal, erigiéndose en el más importante puerto asturiano durante la Edad Media. 
Villaviciosa: recuerdos del Puntal. «La Ilustración Gallega y Asturiana», tomo II, núm. 10, 1880, p. 126. Grabado por Manchón 30,5 × 21 cm. Obra de José Cuevas. Colección Muséu del Pueblu d’Asturies. Líneas al Vuelo. ILUSTRACIÓN Y DISEÑO GRÁFICO EN ASTURIAS, 1879 – 1937. Ayuntamiento de Gijón.

Entre las especies de pescado más importantes destacaban los congrios, las pixotas o merluzas y los besugos, que eran capturados en los caladeros de la plataforma continental con aparejos de anzuelo, mientras que en la zona litoral abundaban las sardinas y algunos mariscos (langostas, centollos) y en los tramos finales de los ríos los salmones, truchas y lampreas, pescados con redes y nasas. Aunque sin duda alguna entre todas las especies marinas que frecuentaron las aguas litorales del mar Cantábrico desde el medievo hasta las primeras décadas del siglo XVIII destacaría por su gran aprovechamiento la ballena, que producía cuantiosos beneficios a los que participaban en su captura y comercialización. 
Galería de imágenes de la exposición de producción propia “LLANES Y LAS BALLENAS”, que estuvo abierta en la primera planta de la Casa Municipal de Cultura de la villa llanisca desde julio de 2015 hasta abril del año 2016, recogía los aspectos más relevantes de la actividad ballenera entre los siglos XIII y XVII. (…). Saber más… Higinio del Río. Cuaderno sobre Llanes: historia, cultura y territorio.
Parece que incluso la actividad ballenera estaría estrechamente ligada al origen de algunos asentamientos y puertos de mar cantábricos, pues según indicaba Antonio Sáñez Reguart (1791) por referencias documentales de la época: "... resulta haberse poblado los puertos de Bermeo, Castro Urdíales, Laredo, Santander, San Vicente de la Barquera, Riva de Sella, Luanco, Luarca y otros varios con el útil atractivo de la pesca de ballenas”. Durante todo ese período, en migraciones anuales durante los meses de invierno, una variedad de ballena conocida popularmente como ballena vasca (Eubalaena glaclalis) llegaba desde las frías aguas del Atlántico norte hasta el mar Cantábrico, donde probablemente paría y criaba a sus ballenatos o cabrotes. 
Salvador, A., Nores, C. (2011). Ballena de los vascos – Eubalaena glacialis. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Cassinello, J. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/  © Juan M. Varela. (...). Saber más... PDF. Ballena de los vascos – Eubalaenaglacialis (Müller, 1776).

Esta especie, hoy totalmente desaparecida de nuestras aguas, en su recorrido cantábrico transitaba muy cerca de la costa; además, la ballena vasca o franca, como también se la denomina, era lenta de movimientos, confiada y poco agresiva, y tenía la grasa suficiente como para flotar después de muerta, por lo que su captura resultaba relativamente asequible para los pescadores cantábricos. Pero no sólo se limitaría a la captura de cetáceos la actividad de los pescadores asturianos durante el período moderno (siglos XVI, XVII y XVIII) que, ante el declive de la ballena, dedicarán sus esfuerzos a las pesquerías de otras especies marinas abundantes en sus costas y fuera de ellas. 
La sardinera «La Ilustración Gallega y Asturiana», tomo III, núm. 20, 1881, p. 235. 22,8 × 32,7 cm. Obra de José Cuevas. Colección Muséu del Pueblu d’Asturies.  Líneas al Vuelo. ILUSTRACIÓN Y DISEÑO GRÁFICO EN ASTURIAS, 1879 – 1937. Ayuntamiento de Gijón.
Así, aunque los pescados más representativos continuaban siendo el besugo, la merluza, el congrio y la sardina, cuyos excedentes bien en fresco, salazón o escabechados eran objeto de un destacado tráfico comercial realizado por arrieros y trajineros a través de los pasos de la cordillera Cantábrica con la meseta castellana (fundamentalmente con las ciudades de León y Medina de Rioseco), la nómina pesquera se incrementará con respecto a las etapas anteriores, destacando la presencia del bacalao, un nuevo producto capturado por una incipiente flota de altura regional que ampliaba así su ámbito de pesca hacia caladeros situados muchas millas al norte de sus costas. Además de las marítimas citadas, también destacaron en este período por su abundancia especies fluviales tales como salmones, truchas, anguilas, lampreas, reos y mulles, capturadas en los principales ríos asturianos, Sella, Nalón, Navia y Eo, que junto a los recursos proporcionados por la agricultura y ganadería constituían la base de la dieta alimentaria de los habitantes de las villas y comarcas costeras de Asturias. 
Vista de la villa de Navia. «La Ilustración Gallega y Asturiana», tomo II, núm. 14, 1880, p. 179. Grabado por Manchón 15,3 × 21 cm. Obra de José Cuevas. Colección Muséu del Pueblu d’Asturies.  Líneas al Vuelo. ILUSTRACIÓN Y DISEÑO GRÁFICO EN ASTURIAS, 1879 – 1937. Ayuntamiento de Gijón.

Otros productos del mar como las algas, con aplicaciones medicinales y usos agrícolas, y ciertos mariscos, principalmente orlaos y /lampares, eran recolectados o capturados en las playas y pedreros por particulares, generalmente campesinos y mujeres, al margen de normas gremiales e institucionales.
Hasta la aparición de las primeras rulas o casas de venta de pescado a comienzos del siglo XX, los productos de la pesca se subastaban en la propia ribera y muelles de los puertos, siendo la mayoría adquiridos por comerciantes y arrieros, que los distribuían por las comarcas y regiones del interior. Los sistemas de conservación más utilizados desde los tiempos medievales fueron los ceciales, pescados secados al aire libre, aplicados a determinadas especies como la merluza y el congrio; los curados, salados y secados al aire, muy empleados en el bacalao; los salpresados, espolvoreados con sal, alternando capas de sal y pescado o mediante un baño en salmuera, muy utilizados para la conservación de las especies que se transportaban en banastas y se comercializaban como frescales durante el invierno, entre nieve y helechos, sobre todo el salmón y el besugo, y los salados y prensados, introducidos por los fomentadores catalanes en Galicia en la segunda mitad del siglo XVIII y aplicados a las sardinas en tabales (Cubillo, 1998).  
Detalle del puerto de Candás. «La Ilustración Gallega y Asturiana», tomo I, núm. 23, 1879, p. 279. Grabado por Manchón 31 × 21,4 cm. Obra de José Cuevas. Colección Muséu del Pueblu d’Asturies. Líneas al Vuelo. ILUSTRACIÓN Y DISEÑO GRÁFICO EN ASTURIAS, 1879 – 1937. Ayuntamiento de Gijón.
Por ello, el control de la producción y comercio de la sal a través de los alfolíes establecidos en algunos puertos adquiriría gran importancia en toda esta época. A partir del siglo XVI comienza a destacar el comercio de escabeches en la mayoría de los puertos asturianos. El proceso de elaboración era más complicado que los métodos anteriores y se realizaba en pequeñas bodegas o “cabañas” ubicadas en las proximidades de los muelles que estaban provistas de un horno o de varios, según su tamaño. El trabajo corría generalmente a cargo de mujeres, y la operación comenzaba con el lavado y desescamado del pez, a continuación, se descabezaba, evisceraba y se volvía a lavar, luego se salaba y se colgaba al aire libre para su secado y finalmente se freía en aceite en calderas metálicas y se envasaba en barriles de madera que contenían el jugo de vinagre y laurel. Se escabechaban preferentemente besugos, sardinas, bonitos y chicharros. 
Playa de Luanco. «La Ilustración Gallega y Asturiana», tomo II, núm. 28, 1880, p. 350. Grabado por Manchón 31,5 × 22 cm. Obra de José Cuevas. Colección Muséu del Pueblu d’AsturiesLíneas al Vuelo. ILUSTRACIÓN Y DISEÑO GRÁFICO EN ASTURIAS, 1879 – 1937. Ayuntamiento de Gijón.

Precisamente a mediados de ese siglo destacaban en Asturias los puertos de Candás, Luanco y Llanes que contaban respectiva-mente con 15, 11 y 7 establecimientos escabecheros, y con menor número de instalaciones también se registraba dicha actividad en los de Lastres, Cudillero, Gijón y Avilés. Sin embargo, a pesar de las buenas expectativas que se vislumbraban en el sector, los innumerables impuestos vigentes durante el Antiguo Régimen tales como diezmos y alcabalas de mar, rentas de “cestería” y otros derechos y privilegios de instituciones eclesiásticas y jurisdicciones señoriales, el monopolio fiscal de la sal y, fundamentalmente, la entrada en vigor de las Ordenanzas de la Matrícula de Mar en 1737, ocasionarían un estancamiento y fuerte retroceso en la producción pesquera regional, que no se recuperará hasta pasado el primer cuarto del siglo XIX.
Cudillero-Puerto. «La Ilustración Gallega y Asturiana», tomo II, núm. 34, 1880, p. 422. Grabado por Manchón. 29,2 × 22 cm. Obra de José Cuevas. Colección Muséu del Pueblu d’Asturies. Líneas al Vuelo. ILUSTRACIÓN Y DISEÑO GRÁFICO EN ASTURIAS, 1879 – 1937. Ayuntamiento de Gijón.

Durante el siglo XVIII el territorio marítimo asturiano estaba dividido en dos provincias adscritas al Departamento de El Ferrol: 
  • La de Avilés, que comprendía los puertos de Abres, Vega de Ribadeo, Castropol, Figueras, Tapia, Viavélez, Ortigueira, Vega, Luarca, Artedo, Cudillero, San Esteban, Arena, Sabugo, Bañugues, Luanco, Candás y Gijón.
  • La de Ribadesella, que abarcaba los de Tazones, Lastres, Ribadesella, Niembro, Barro y Llanes. A comienzos del siglo XIX las dos provincias marítimas se unifican en una con capitalidad en Gijón, que incluía los distritos de Castropol, Luarca, Cudillero, Avilés, Luanco, Gijón, Lastres, Ribadesella y Llanes.
En las primeras décadas del siglo XIX Asturias se erige en pionera nacional de la elaboración de conservas alimenticias utilizando el método de esterilización mediante calor que había experimentado a finales del siglo anterior el confitero francés Nicolás Appert. 
Cudillero-Pueblo. «La Ilustración Gallega y Asturiana», tomo II, núm. 34, 1880, p. 422. Grabado por Manchón. 29,2 × 22 cm. Obra de José Cuevas. Colección Muséu del Pueblu d’Asturies. Líneas al Vuelo. ILUSTRACIÓN Y DISEÑO GRÁFICO EN ASTURIAS, 1879 – 1937. Ayuntamiento de Gijón.
Los productos elaborados (carnes, vegetales y pescados) serían envasados en botellas de vidrio y en latas de hojalata y comercializados en los mercados americanos, principalmente en Cuba, aunque habrá que esperar hasta finales de ese mismo siglo para lograr la consolidación definitiva de esta nueva industria. Con la independencia de las colonias americanas y el cese de los conflictos bélicos con otras potencias marítimas europeas que hasta entonces ocupaban a buena parte de la marinería matriculada en los buques de guerra, comienza una etapa de recuperación en la actividad pesquera regional, que lograría superar a partir de 1831 las 1.000 toneladas al año de capturas e incrementaría considerablemente tanto el número de pescadores como el de las embarcaciones dedicadas a la pesca. El proceso culminaría con la disolución y extinción de los gremios (1869) y matrículas (1873) y el establecimiento de la Libertad de Pesca (1885) que reducía la jurisdiccionalidad estatal a las aguas del mar territorial, que darían paso en los años finales del siglo a un nuevo sistema industrial y capitalista en el sector (Ocampo, 2001).
Proyecto de puerto de refugio en la ensenada del Musel [Gijón]. «La Ilustración Española y Americana», año XXIV, núm. VI, 1880, p. 109. Grabado por Rico 16 × 29,5 cm. Obra de José Cuevas. Colección Muséu del Pueblu d’Asturies. Líneas al Vuelo. ILUSTRACIÓN Y DISEÑO GRÁFICO EN ASTURIAS, 1879 – 1937. Ayuntamiento de Gijón.

La Matrícula de Mar
Fue impuesta la obligación de la inscripción en la llamada Matrícula de Mar de todos los que querían practicar la actividad pesquera con el fin de reclutar hombres con experiencia entre los marineros activos en los puertos para servir en los buques de la Real Armada. Sus consecuencias en Asturias fueron negativas para la actividad pesquera, como revelan los datos estadísticos comparativos de los marineros matriculados y de las embarcaciones de pesca pertenecientes a la totalidad de los puertos asturianos durante la segunda mitad del siglo XVIII extraídos de las tablas correspondientes (Ocampo, 1990), según las cuales en 1754 la gente de mar apta para el servicio en Asturias alcanzaba la cifra de 1.386, que junto a 118 muchachos y 370 jubilados totalizaban 1.874 matriculados, mientras que las embarcaciones pesqueras eran 238, y llegado el año 1781 el censo de matriculados útiles solamente alcanzaba los 907, que con 143 muchachos y 316 jubilados sumaba 1.366, siendo tan sólo 116 las pequeñas lanchas dedicadas a la pesca.
Candás: niños esperando la vuelta de las lanchas pescadoras. «La Ilustración Gallega y Asturiana», tomo I, núm. 1, 1879, p. 6. Grabado por Vela 19,5 × 28,6 cm. Obra de José Cuevas. Colección Muséu del Pueblu d’Asturies. Líneas al Vuelo. ILUSTRACIÓN Y DISEÑO GRÁFICO EN ASTURIAS, 1879 – 1937. Ayuntamiento de Gijón.

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El aprendiz de marinero. «La Ilustración Gallega y Asturiana», tomo I, núm. 34, 1879, p. 416. Grabado por S. Just 17,5 × 11,5 cm. Obra de José Cuevas. Colección Muséu del Pueblu d’Asturies. Líneas al Vuelo. ILUSTRACIÓN Y DISEÑO GRÁFICO EN ASTURIAS, 1879 – 1937. Ayuntamiento de Gijón.

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Detalle del puerto de Candás. «La Ilustración Gallega y Asturiana», tomo I, núm. 23, 1879, p. 279. Grabado por Manchón 31 × 21,4 cm. Obra de José Cuevas. Colección Muséu del Pueblu d’Asturies. Líneas al Vuelo. ILUSTRACIÓN Y DISEÑO GRÁFICO EN ASTURIAS, 1879 – 1937. Ayuntamiento de Gijón.

FUENTE: M. RAMÓN RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ. Libro: “LOS ASTURIANOS” Raíces culturales y sociales de una identidad. 
Dirección: Javier Rodríguez Muñoz. Págs. de la 264 a la 270. Editorial Prensa Asturiana S. A. La Nueva España.
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NOTA:
Articulo ilstrado con imagenes de José Cuevas del Catálogo de la Exposición Líneas al vuelo Ilustración y diseño gráfico en Asturias. 1879-1937, que se pudo ver en el Centro de Cultura Antiguo Instituto, Gijón / Xixón entre el 6 de julio y el 5 de noviembre de 2017Fuente: Ayuntamiento de Gijón.
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AUTORES.

M. RAMÓN RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ. Escritor, autor de diversol libros y colaborador con Editorial prensa Asturiana en la obra: 
“LOS ASTURIANOS” Raíces culturales y sociales de una identidad. Fuente: Editorial Prensa Asturiana S. A.

José Cuevas (Oviedo, 1844 - Madrid, h. 1929-1930)
fue un dibujante asturiano que destacó como ilustrador para diversas publicaciones, tales como "La Ilustración Española y Americana", "Ecos del Nalón", "Revista de Asturias" o "La Ilustración Gallega y Asturiana". Foto (recreada), del dibujo de José Cuevas: “El maestro de la escuela rural”. Del catálogo «Líneas al Vuelo». Ayuntamiento de Gijón. Fuente: CERES. (Red Digital de Colecciones).

Catálogo de la exposición Líneas al vuelo. Ilustración y diseño gráfico en Asturias. 1879-1937, que se pudo ver en el Centro de Cultura Antiguo Instituto, Gijón / Xixón entre el 6 de julio y el 5 de noviembre de 2017. Fue producida íntegramente por el Museo Casa Natal de Jovellanos, el Muséu del Pueblu d'Asturies y el Departamento de Museos de la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Gijón, y comisariada por Francisco Crabiffosse Cuesta. Líneas al vuelo es el resultado de un largo proceso de investigación en torno al origen y desarrollo de la ilustración gráfica, cuyas conclusiones han desvelado la singularidad del proceso de creación artística aplicado a la prensa periódica, libros, folletos, carteles, publicidad, partituras, etc. En esa singularidad tendrán un papel estelar artistas asturianos de varias generaciones, muchos de ellos ignorados y olvidados, que ahora se reivindican en su contribución a un panorama muy rico y con amplios matices. (...). Fuente: Ayuntamiento de Gijón.

Javier Rodríguez Muñoz, historiador. Nació en Mieres en septiembre de 1948. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo en 1973, ha dedicado toda su vida al estudio de la historia y cultura asturiana, realizando su trabajo vinculado a las editoriales Gran Enciclopedia Asturiana-Silverio Cañada y a La Nueva España, en los últimos años. Ha participado muy directamente en obras como la Gran Enciclopedia Asturiana y sus Apéndices; la Historia General de Asturias y la Enciclopedia Temática de Asturias, además de otras obras y colecciones. Dirigió la librería y sala de arte Artemón, en la calle Mon, de Oviedo (1977-1978) y entre 1980-1981, dirigió y puso en marcha el Centro Social y Cultural de Las Vegas, dependiente del Ayuntamiento de Corvera de Asturias. En 1988 dirigió la exposición 1388-1988. Seis siglos de historia, organizada por el Gobierno del Principado de Asturias en conmemoración del sexto centenario de dicha institución. Con tal ocasión coordinó la edición de la «Biblioteca Histórica Asturiana», colección de 26 títulos que cubrían toda la historia de Asturias, siendo autor de algunos de ellos. Coordinó también la colección «Cruzar el Charco» editada por el Archivo de Indianos, 16 títulos publicados entre 1992 y 1994. De diciembre de 1993 a diciembre de 1996 trabajó en la puesta en marcha del Museo de la Minería, en El Entrego, donde ha llevado el departamento de Difusión y redactado los textos que ilustraron la exposición inicial. (…). Seguir leyendo….  Fundación José Barreiro

La Nueva España ha sido testigo de la historia de Asturias durante los últimos 80 años. El rigor y la calidad de la información ha situado este medio de comunicación como el líder indiscutible, a gran distancia de sus competidores, de la prensa escrita diaria en el Principado de Asturias. LA NUEVA ESPAÑA es el periódico de referencia de Asturias, los asturianos de todas las edades lo prefieren según reflejan todas las encuestas, y al elegirlo cada día no sólo lo han confirmado como líder indiscutible de la prensa asturiana, sino que lo han convertido en uno de los principales periódicos de España, pues así lo expresan su difusión y su número de lectores. DELEGACIONES. LA NUEVA ESPAÑA cuenta con 6 ediciones; General, Gijón, Avilés, Cuencas, Oriente y Occidente, que se confeccionan en las redacciones de Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres y Langreo, a las que se suman una amplia red de corresponsales.  FUENTE.

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