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1 de mayo de 2022

La protección de nuestro litoral en la historia (I)

La defensa en el mar
Cañón de defensa de la costa asturiana. Textos e imágenes extraídos del libro “Asturias y La Mar”. © Editorial Prensa Asturiana S. A. Páginas de la nº 765 a la nº 774. Autores de fotos: página nº 3 del libro. Autores de Imágenes: página nº 3 del libro. Foto: Archivo.  La Nueva España. 
La mar ha sido una vía permanentemente abierta a la comunicación y al intercambio con otras tierras y gentes, pero al mismo tiempo, el frente costero ofrece a quienes vienen por la mar un fácil camino de entrada, lo que hace que los territorios costeros puedan ser fácil presa de incursiones y agresiones de gentes enemigas
La llamada Casa de les Pieces, en Santa Catalina, batería que defendía el puerto de Gijón. Textos e imágenes extraídos del libro “Asturias y La Mar”. © Editorial Prensa Asturiana S. A. Páginas de la nº 765 a la nº 774. Autores de fotos: página nº 3 del libro. Autores de Imágenes: página nº 3 del libro. Foto: Archivo. La Nueva España. 
El Blog de Acebedo
Ya los romanos aprovecharon esa vía marítima para atacar a los astures y cántabros con su escuadra, cuando por tierra no conseguían doblegarlos. Desde entonces, a lo largo de los siglos, diversos peligros han acechado desde la mar no sólo a los habitantes del borde costero, sino incluso a los de tierra adentro, por lo que ya desde los tiempos de la monarquía asturiana se estableció un sistema de torres y castillos de vigilancia y defensa. Los diversos y varios conflictos internacionales en los que España se vio envuelta afectaron a la política defensiva en la orla costera, y desde el siglo XVI, y sobre todo en los dos siguientes, con el desarrollo de la artillería, se establecieron diversas baterías en el entorno de los principales puertos con una clara intención defensiva.
Las crónicas asturianas nos indican que en el verano de 844 fueron avistadas muchas naves normandas en el puerto de Gijón, empujadas por una tempestad. Tras tomar agua y ganado, se dirigieron a Galicia y desembarcaron en Farum Brecantinum, A Coruña o bien Betanzos (…). Saber más... Twitter: Alonso de Lanzós.

La escuadra romana en la conquista de Asturias
Esa facilidad fue aprovechada por los romanos en su campaña de conquista de los territorios cantábricos que aún permanecían independientes. En el curso de las llamadas guerras cántabro-astures, los romanos atacaron por el flanco marítimo para contribuir a doblegar la resistencia que por tierra les estaban presentando cántabros y astures a las legiones. La intervención de la armada romana en estas guerras apenas es conocida, más allá de las escuetas noticias que de la misma nos dan los historiadores romanos, que no son sino un relato fragmentario e incompleto. Así, Floro alude a la intervención de la escuadra romana en los siguientes términos: “Ni el Océano está quieto, sino que las espaldas de los enemigos eran batidas por la escuadra adversa”. Algo más explícita es la noticia que recoge sobre la actuación de la escuadra el historiador hispano-romano Paulo Orosio. Según éste, Augusto, que tenía rodeado todo el frente norte con sus legiones; “tras fatigarse largo tiempo en vano y ser puesto su ejército frecuentemente en peligro, ordena finalmente que, sin que se den cuenta los enemigos, sea traída la armada desde el golfo de Aquitania a través del Océano y que desembarquen las tropas”.
(…), … en tiempos de Alfonso II el Sabio, viene en la noticia que se da en las crónicas escritas sobre el reinado de Ramiro y tiene nexo con Gijón. Es la que refiere el paso frente a las costas de la antigua Noega (Gijón), de una flota de unas cien naves normandas en el año 844 y se apunta de ellos que navegaban hacia Jakobusland, es decir, el país de Jacobo/Santiago. Siguiendo la misma ruta, los centinelas de la Atalaya de Cimavilla verían aproximarse una flota bastante más numerosa en la primavera del 1147. (…). Saber más... El Comercio.

Se han emitido muchas opiniones sobre el lugar o lugares de desembarco del ejército romano, sobre lo que no vamos a elucubrar más a falta de datos arqueológicos. Bástenos constatar y resaltar cómo el flanco marítimo resultaba relativamente fácil run un desembarco, a pesar de las fuertes defensas que presentaban los castros costeros. El riesgo de un desembarco va a ser en el futuro muy frecuente, y ante él solo valía la prevención de la vigilancia. A fines del siglo III o comienzos del IV, se construyó una sólida muralla en torno a la ciudad de Gijón, asegurando su defensa en la parte que era más vulnerable, es decir, en la zona eh la que el cerro acantilado se unía a tierra. Tal defensa no se hizo prioritariamente con el fin de precaverse contra posibles ataques; marinos, pero en cualquier caso contribuyó a asegurar la que por entonces era una importante ciudad y puerto en el tráfico de cabotaje
El general Pedro de Valdés, uno de los capitanes de la Armada Invencible, rindiéndose al inglés Francis Drake. Textos e imágenes extraídos del libro “Asturias y La Mar”. © Editorial Prensa Asturiana S. A. Páginas de la nº 765 a la nº 774. Autores de fotos: página nº 3 del libro. Autores de Imágenes: página nº 3 del libro. Foto: Archivo. La Nueva España.
El peligro normando
Desde comienzos del siglo IX, los llamados normandos, “hombres del Norte”, vikingos o lordomanos, según los distintos nombres que se les da en la documentación hispana, comenzaron a realizar incursiones piráticas en tierras cada vez más sureñas y alejadas de sus bases. Estas correrías se centraban sobre las ensenadas y desembocaduras de los ríos y en ellas se manifestaban con gran violencia y rapacidad, causando gran terror entre los habitantes del borde costero. Navegaban en barcos de poco más de 20 metros de largo, por cinco de anchura máxima, con proa y popa muy agudas, que se movían a fuerza de remos y por una vela rectangular que colocaban en un palo o mástil. Llevaban consigo, remolcadas, otras naves más pequeñas por si las necesitaban emplear para navegar por rías o ensenadas de poco fondo. Las crónicas asturianas de la reconquista dan noticia de que en el verano de 844 arribaron los normandos frente a Gijón, tras haber llevado a cabo varias incursiones de saqueo en las costas francesas. Navegando como lo hacían, siguiendo la línea de la costa, la amplia bahía gijonesa y la ciudad amurallada tuvieron que suscitar en ellos la esperanza de un buen botín. Pero bien por la rápida reacción de sus habitantes, o por lo inexpugnable de sus murallas, no parece que hayan causado ningún grave daño en las tierras asturianas o bien desistieron de desembarcar y continuaron su cabotaje hasta La Coruña. Allí, sí desembarcaron y se enfrentaron a un ejército enviado por el rey Ramiro I, que desde la aparición de sus barcos ante Gijón estaba ya alertado. 
(…). Una flota normanda de 100 barcos y quizás 3.000 hombres desembarcó en las Rías Baixas. Sisnando se enteró en domingo, oficiando la Cuaresma. Reunió a toda prisa su ejército, y los normandos, dirigidos por su "rey" Gunderedo (quizás Gudrod Eiriksson, príncipe real noruego). (…). Saber más... Twitter: Alonso de Lanzós.

Cuentan las citadas crónicas que el ejército del rey asturiano rechazó a los normandos, destruyéndoles varios barcos. Por las historias árabes se sabe que los normandos continuaron su navegación hacia el sur, hasta Lisboa, a donde llegaron, el 24 de agosto del citado año, 54 bajeles y otras tantas barcas, según las historias árabes mencionadas; posteriormente alcanzaron Sevilla, donde causaron grandes destrozos, sembrando el terror entre las gentes de la zona. De nuevo volvieron los normandos a nuestras costas durante el reinado de Ordoño I (850-866), concretamente en el año 858. Tampoco parece que en esta ocasión hayan desembarcado en la costa asturiana, sino en la gallega, donde un llamado conde Pedro les infringió un fuerte castigo, según cuentan las citadas crónicas asturianas. Debieron de hacerlo algunas veces más, pese a que no disponemos de más noticias concretas sobre sus incursiones.
Inscripción del año 875 en la fortaleza de Alfonso III. (…). Saber más... WIKIPEDIA.
Una inscripción que se conserva en el crucero de la catedral de Oviedo, realizada a comienzos del reinado de Alfonso III (866-910), y que fue grabada con motivo de la construcción de unas defensas en Oviedo, justifica que éstas se alzaban para la protección de la Iglesia y su tesoro, “evitando se dé que, puesto que suelen arribar por mar los gentiles con su ejército de piratas, veamos que aquéllas sufran algún daño”. Esta explícita declaración pone de relieve que el de los normandos era un peligro real y para prevenirlo, los monarcas asturianos llevaron a cabo la construcción de una serie de defensas en la costa, que actuaran con un doble fin de vigilancia y defensa. De estas construcciones, la más famosa es la del castillo de Gozón, donde se labró la cruz de la Victoria, situado sobre el peñón de Raíces y dominando la ría de Avilés desde su margen izquierda. 
Desembocadura del Nalón, de Telesforo Cuevas. El castillo de San Martín, bien visible todavía a fines del XIX, fue un baluarte defensivo de singular importancia. Textos e imágenes extraídos del libro “Asturias y La Mar”. © Editorial Prensa Asturiana S. A. Páginas de la nº 765 a la nº 774. Autores de fotos: página nº 3 del libro. Autores de Imágenes: página nº 3 del libro. Foto: Archivo. La Nueva España.
También se hicieron obras en el castillo de San Martín, en la margen derecha del Nalón, muy cerca ya de su desembocadura, donde ya hubiera un castro, y que va a tener una gran importancia defensiva en el futuro. De los castillos de Gozón y de San Martín se sabe de su construcción en época de la monarquía asturiana, por diversos testimonios, pero hay otros varios castillos o torres costeras de las que ignoramos la fecha de su construcción y que bien pudieran remontarse a este momento. Tal pudiera ser el caso de la llamada torre de Dormón o Castiello, emplazada en el promontorio de Aviao, dominando la pequeña ensenada donde se encuentra el islote de Entrellusa, en términos de la parroquia de Perlora (Carreño). Apenas quedan unos restos de lo que fue su muralla y todo parece indicar que se trataba de una torre de vigilancia, de las que hay noticias de algunas más, como la que se emplazaba en el pico Las Torres, cerca de Llovio (Ribadesella), o el pico Castiello de Rales y el Castillo de Soberrón en el concejo de Llanes, y el pico Jana, en lo alto de la sierra de Cuera y concejo de Peñamellera Baja. 
(…). En 910 se reconstruye el castillo de Gozón en Asturias debido a que se avistan sus naves. En 953 el obispo de Lugo permite a los nobles construir sus casas dentro de la ciudad. (…). Saber más... Twitter: Alonso de Lanzós.

Un documento fechado el 15 de agosto de 1028 nos da una noticia circunstancial que deja entrever la presencia frecuente de los que llama “lordomanos” en nuestras costas y hasta un cierto contacto con sus gentes más allá de la lucha guerrera. Se menciona en él a Félix Agelaci, personaje de cierta alcurnia que por razones desconocidas (probablemente alguna de las conspiraciones nobiliarias contra el rey) despertó la “ira” del monarca Alfonso V, y para salvar su vida hubo de huir en “barcas de lodmanos es decir, de los normandos. Tiempo después obtuvo la gracia” del rey Alfonso y volvió a Asturias, reclamando sus antiguas propiedades. Realizó entonces» una permuta con la ex reina Velasquita y recibió de ésta la villa de Heres, en Gozón, junto al puerto de “Bonnuar”, nombre que debía designar por entonces al que hoy se conoce como Bañugues.

Vista aérea del entorno de la playa de Bañugues Gozón-Asturias). (…). Saber más... El Comercio.

Política internacional y ataques costeros
Los diversos conflictos que en la política del Reino se suscitaban con las potencias extranjeras tenían so repercusión directa en la seguridad de las costas y en la de los navíos que efectuaban viajes comerciales. Así, en 1386, en el contexto de las luchas sostenidas por Juan I con el duque de Lancaster, casado con hija del rey Pedro I, el monarca castellano escribió a las villas y concejos asturianos para que se apresaran a defender su tierra frente a un posible desembarco inglés. Les ordenaba reunir víveres en fortalezas y que se proveyesen de armas. El 25 de julio de 1386, el duque de Lancaster se apoderó de La Coruña y a lo largo del verano fue expandiendo su dominio por Galicia, pero no alcanzó en ningún momento ni la costa ni el territorio asturiano. Por su parte, las expediciones comerciales estaban expuestas no sólo a los peligros intrínsecos de la navegación, sino a los ataques externos de piratas y corsarios. En época de guerra, además, cualquier nave comercial podía ser presa u objetivo militar del enemigo sin consideración alguna. E incluso, en tiempos en los que no estaba declarada ninguna guerra, también corrían serios riesgos, por la apetencia del botín que constituían las mercancías transportadas Un buen ejemplo lo constituyen las desventuras sufridas por Gómez Arias, un mercader de Avilés que vio cómo le era apresado por los portugueses un barco en la costa del Algarve.

Libro: Mercaderes y banqueros de la Edad Media. Obra de Jacques Le Goff. Ver enlace.... Meta-historia

Una armada para un imperio
El descubrimiento de América en 1492, unido a la política italianista de Aragón y a la expansión africana de Castilla, hizo sentir con urgencia la necesidad de contar con una nueva escuadra que pudiera hacer frente con solvencia a estos nuevos retos. Además, la navegación, que hasta entonces había sido fundamentalmente de cabotaje, se iba a convertir en buena medida en una navegación de altura. El enorme imperio reunido por Carlos I le obligó a configurar un sistema naval acorde con su complejidad espacial (además de España y sus islas, gobernaba territorios en Italia, Flandes y América), sistema que fue perfeccionado por su hijo Felipe II, en cuyo Imperio, se decía, nunca se ponía el sol. Por un lado, la escuadra española debía proteger la llegada de los recursos de las colonias americanas (el oro y la plata, especialmente), lo que se realizaba con el sistema de flotas. Y, por otro, en el Mediterráneo tenía que hacer frente al gran peligro turco, es decir, al gran Imperio otomano, dueño de la mitad oriental de ese mar. Por lo que respecta al litoral cantábrico, existía en él la llamada Armada de Vizcaya, que se solía preparar en los puertos vizcaínos, pero cuyo objetivo era la defensa y custodia del área geoestratégica del noroeste y del Cantábrico. La citada armada debía no sólo proteger los puertos y astilleros cantábricos, sino también actuar de freno y controlar el paso de armadas corsarias hacia Andalucía occidental, donde la llegada de los galeones de Indias constituía una presa muy rentable y apetitosa.
Armada de Vizcaya. La Hermandad de las Marismas fue una federación de los principales puertos del Cantábrico que formaron un poder naval de primer orden al servicio de Castilla, manteniendo autonomía en sus relaciones comerciales internacionales, y en algunos casos, llegando a enfrentamientos bélicos con franceses e ingleses. Surgió ante la creciente importancia e influencia de los puertos del Cantábrico que monopolizaron el comercio exterior de Castilla y proveyeron de barcos y marinos que dieron a este Reino la hegemonía en el Atlántico. (…). Saber más... hispanismo.org.

Alardes costeros
La agresiva y expansiva política exterior de los Austrias trajo como contrapartida la conversión de nuestras costas en objetivos militares. A lo largo del siglo XVI, y en los siguientes, son frecuentes las alarmas de ataques navales enemigos debido a las frecuentes guerras, en las que el Imperio español se vio inmerso, con ingleses, holandeses y franceses, sobre todo. Así, en marzo de 1571, los servicios de información de la monarquía alertaron sobre la posibilidad de un ataque de una escuadra enemiga de ingleses, franceses y holandeses, a las costas cantábricas, sabedores del gran esfuerzo que la Armada española estaba realizando en el Mediterráneo contra los turcos, en vísperas de la gran jornada de Lepanto. El rey Felipe II se dirigió al concejo de Avilés y a otros de la orla costera para que estuvieran alerta ante tal eventualidad, instándoles a realizar alardes. “Y porque podría ser que la dicha armada o parte de ella acodiese a ese dicho Prencipado, conviene estar en todas partes prevenidos e aprescebidos (...) en orden e punto de guerra, para acodir a la parte que obiere nescesidad, y que también se aperciban todos los navíos que ovieren en la costa dese dicho Prencipado para que no puedan rescevir daño”.
El general Pedro de Valdés, uno de los capitanes de la Armada Invencible, rindiéndose al inglés Francis Drake. Textos e imágenes extraídos del libro “Asturias y La Mar”. © Editorial Prensa Asturiana S. A. Páginas de lanº 765 a la nº 774. Autores de fotos: página nº 3 del libro. Autores de Imágenes: página nº 3 del libro. Foto: Archivo. La Nueva España.
Un alarde era la reunión de todos los hombres útiles de cada concejo, con sus armas, en un lugar previamente fijado, que en el caso de Avilés solía ser una campa que había junto al convento de San Francisco. Dirigidas por el alférez del concejo, se hacían ejercicios de maniobras y prácticas de tiro.
Al año siguiente, 1572, nuevamente se repitió el aviso de peligro de ataque de una escuadra enemiga. Con tal ocasión se acondicionó el castillo de San Juan de Nieva con tres piezas de artillería, destinando tres guardas al mismo, de los que uno habría de ser artillero. Similares alardes se realizaron en otros puertos asturianos, como el de Ribadesella. Así, en mayo de 1574, Fernando Valdés, comisario general de todos los puertos y costas del Principado, visitó las fortificaciones de Ribadesella, hallando sólo una lombarda que está en el “torrejón de los tiros”, de la cual no era posible servirse en el estado en que se encontraba; dispuso, en consecuencia, que se limpiase y se emplazara en la Guía, fortificando el recinto.
El arzobispo de Sevilla Fernando de Valdés y Salas (1483-1568), inquisidor general, presidente del Consejo de Castilla, fundador de la Universidad de Oviedo y del Colegio de San Pelayo en la de Salamanca, llamado de los Verdes. Este retrato retrospectivo fue pintado en 1711 por Antonio de Mora Barahona para el Colegio de San Pelayo, y perteneció a la Universidad Salmanticense hasta que en 1847 pasó a integrar los fondos del Museo Provincial. (…). Seguir leyendo... WIKIPEDIA.

BIBLIOGRAFÍA
  • LUIS ARIAS GONZÁLEZ, (2004): “Las defensas militares de Gijón”, en Historia militar de Asturias. Oviedo.
  • ELOY BENITO RUANO, (1971): “Aprestos defensivos de Avilés (1571-1572)”, en BIDEA, nº 73. Oviedo.
  • ALICIA LASPRA RODRÍGUEZ, (2005): “De la hostilidad a la alianza: el puerto de Gijón y las relaciones astur-británicas, 1700-1813”, en Gijón puerto anglosajón. Gijón.
  • ELVIRO MARTÍNEZ, (1980): Cartas de Felipe II al general Pedro de Valdés. Gijón.
  • ESTANISLAO RENDUELES LLANOS, (1867): Historia de la villa de Gijón desde los tiempos más remotos hasta nuestros días. Gijón.
  • GONZALO SOLÍS DE MERÁS, (1990): Pedro Menéndez de Avilés y la conquista de La Florida (1565). Edición de José Manuel Gómez Tabanera. Oviedo.
Restos de las murallas de Gijón, primera gran defensa de una villa costera. Textos e imágenes extraídos del libro “Asturias y La Mar”. © Editorial Prensa Asturiana S. A. Páginas de la nº 765 a la nº 774. Autores de fotos: página nº 3 del libro. Autores de Imágenes: página nº 3 del libro. Foto: Archivo. La Nueva España.
FUENTE: JAVIER RODRÍGUEZ MUÑOZ. Del Libro “Asturias y La Mar” © Editorial Prensa Asturiana S.A. Producción Editorial: Ediciones Novel. Textos Contenidos en las Páginas de la nº 765 a la nº 774. El Blog de Acebedo.
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AUTORES.

Javier Rodríguez Muñoz, historiador. Nació en Mieres en septiembre de 1948. Licenciado en Historia por la Universidad de Oviedo en 1973, ha dedicado toda su vida al estudio de la historia y cultura asturiana, realizando su trabajo vinculado a las editoriales Gran Enciclopedia Asturiana-Silverio Cañada y a La Nueva España, en los últimos años. Ha participado muy directamente en obras como la Gran Enciclopedia Asturiana y sus Apéndices; la Historia General de Asturias y la Enciclopedia Temática de Asturias, además de otras obras y colecciones. Dirigió la librería y sala de arte Artemón, en la calle Mon, de Oviedo (1977-1978) y entre 1980-1981, dirigió y puso en marcha el Centro Social y Cultural de Las Vegas, dependiente del Ayuntamiento de Corvera de Asturias. En 1988 dirigió la exposición 1388-1988. Seis siglos de historia, organizada por el Gobierno del Principado de Asturias en conmemoración del sexto centenario de dicha institución. Con tal ocasión coordinó la edición de la «Biblioteca Histórica Asturiana», colección de 26 títulos que cubrían toda la historia de Asturias, siendo autor de algunos de ellos. Coordinó también la colección «Cruzar el Charco» editada por el Archivo de Indianos, 16 títulos publicados entre 1992 y 1994. De diciembre de 1993 a diciembre de 1996 trabajó en la puesta en marcha del Museo de la Minería, en El Entrego, donde ha llevado el departamento de Difusión y redactado los textos que ilustraron la exposición inicial. (…). Seguir leyendo….  Fundación José Barreiro

La Nueva España ha sido testigo de la historia de Asturias durante los últimos 80 años. El rigor y la calidad de la información ha situado este medio de comunicación como el líder indiscutible, a gran distancia de sus competidores, de la prensa escrita diaria en el Principado de Asturias. LA NUEVA ESPAÑA es el periódico de referencia de Asturias, los asturianos de todas las edades lo prefieren según reflejan todas las encuestas, y al elegirlo cada día no sólo lo han confirmado como líder indiscutible de la prensa asturiana, sino que lo han convertido en uno de los principales periódicos de España, pues así lo expresan su difusión y su número de lectores. DELEGACIONES. LA NUEVA ESPAÑA cuenta con 6 ediciones; General, Gijón, Avilés, Cuencas, Oriente y Occidente, que se confeccionan en las redacciones de Oviedo, Gijón, Avilés y Mieres y Langreo, a las que se suman una amplia red de corresponsales. FUENTE.

EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.

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Esta página se editó por última vez el 09 de abril de 2024 a las 05:30 horas.

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