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24 de octubre de 2021

La fauna de la cornisa cantábrica en el Pleistoceno

Animales que vivieron en el norte de España hace miles de años
Rinoceronte Lanudo (Coelodonta antiquitatis) Gran rinoceronte, tan corpulento como el rinoceronte blanco africano, se caracterizaba por su densa capa de pelo y borra, y por su larguísimo cuerno nasal aplanado. Sobrevivió en Siberia oriental hasta hace unos 12.000 años; en Asturias desapareció 8.000 años antes, tras haber habitado la región durante 20.000 años. Dibujo: de Rinoceronte Lanudo de Diego Álvarez Lao. Saber más… La Nueva España.
Los paleontólogos revelan los secretos de la gran fauna que vivió en la cornisa cantábrica

Esqueleto de una hiena. El esqueleto completo de una hiena hallado en una sima de Asturias ofrece una información muy valiosa acerca de la fauna que pobló la cornisa cantábrica durante el Cuaternario. Foto: Pau Fabregat. Saber más… NationalGeographic (España).

National Geographic (España)
El esqueleto completo de una hiena. Además de la pieza dental, algunos fragmentos completaron la rama izquierda de la mandíbula, hallada también en 2013. El esqueleto de la hiena estaba, por tanto, completo. Un hallazgo excepcional y sorprendente. La posición del animal, recostado sobre las cuatro patas flexionadas en la misma postura que adopta un perro cuando duerme, indicaba claramente que su muerte no fue accidental. De algún modo se habría introducido hasta el fondo de la dolina y, una vez allí, tal vez sobrevivió algún tiempo alimentándose de la carroña de algún bisonte hasta que acabó muriendo de inanición cuando se agotó su recurso alimenticio. Sus restos nunca fueron removilizados y mantuvieron su posición anatómica durante nada menos que 37.600 años. Exactamente hasta el año pasado. A un metro de mí, los estudiantes de doctorado Adrián Álvarez y Noelia Sánchez seguían excavando un nivel tapizado de huesos de otras especies en perfecto estado de conservación: bisontes, rinocerontes lanudos y renos que debieron de caer accidentalmente por la cavidad durante un episodio frío del Pleistoceno Superior, la última edad de esta época del Cuaternario, que comienza hace unos 125.000 años y concluye hace unos 12.000 con el fin de la última glaciación.

Cráneo de una hiena. La hiena europea del Pleistoceno Superior, también conocida como hiena de las cavernas por la costumbre de ubicar sus cubiles dentro de las cuevas, pertenecía a la misma especie que la hiena manchada africana actual, aunque presentaba una robustez visiblemente superior. El fuerte cráneo de la hiena alberga una poderosa musculatura que, en combinación con sus masivos molares y premolares, la dotan de uno de los aparatos masticadores más potentes de los mamíferos, permitiéndole triturar huesos con facilidad. Foto: Pau Fabregat. Saber más… National Geographic (España).

El hallazgo aquí narrado corresponde a la campaña de excavación de 2017 llevada a cabo por un equipo de paleontólogos del Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo en la cueva de La Rexidora, ubicada en el concejo asturiano de Ribadesella. El yacimiento, que se excava desde 2012, consiste en una dolina o pozo natural que actuó como una trampa para muchos animales, en su mayoría bisontes. Sus huesos, que no han sido alterados por depredadores –ni animales carnívoros ni hu­manos–, han permanecido prácticamente intactos durante decenas de milenios. La hiena forma parte de un conjunto de descubrimientos excepcionales que se llevan realizando en los últimos años en la cornisa cantábrica. 

Hiena Manchada (Crocuta crocuta) Desaparecida de Europa hace unos 30.000 años, era de mayor tamaño que su estirpe africana actual. Habitaba en el interior de las cavernas y sus restos son comunes en los yacimientos asturianos. “Su poderosa dentición le permitía triturar los huesos para alimentarse de su médula”, explica Diego Álvarez Lao. Dibujo: de Hiena manchada de Diego Álvarez Lao. Saber más… La Nueva España.

La excavación de huesos y esqueletos completos nos proporciona una información relevante acerca de la anatomía, la talla, la estructura de la población e incluso el comportamiento de los animales, muchos de ellos pertenecientes a especies extintas. Unos hallazgos inusuales, ya que por lo general las acumulaciones de fósiles cuaternarios en la península Ibérica han sido originadas por la actividad de humanos o carnívoros, que tienden a disgregar los huesos, lo que dificulta su estudio. En los últimos años, los frecuentes movimientos de terreno ligados a la construcción de carreteras y otras infraestructuras, la intensificación de la exploración espeleológica y la creciente concienciación de la gente para notificar cada nuevo descubrimiento han hecho que el número de hallazgos se haya incrementado notablemente, y con ellos, el conocimiento de nuestra fauna ibérica durante la última glaciación.

Mamut Lanudo (MAMMUTHUS PRIMIGENIUS) Semejante en tamaño al actual elefante asiático, con unos 3,5 metros de altura en la cruz, es un típico habitante de las estepas frías del Cuaternario. Vivió en Asturias hasta hace unos 20.000 años. Dibujo: Mamut Lanudo. Diego Álvarez Lao.

Mamuts lanudos en Asturias
Hace unos 35.000 años, un grupo de mamuts lanudos se alimentaba en una llanura esteparia situada en lo que hoy es la zona oriental de Asturias. Una cría de aproximadamente un año y medio de edad, del tamaño de una vaca, se despistó de su manada precipitándose por otra dolina en forma de embudo, en cuyo fondo se abría una cavidad. Cuando su madre y el resto de la manada fueron a rescatarla, ya era tarde: la cría habría quedado atrapada en el fondo de la cavidad, o tal vez habría muerto por el impacto de la caída. Una cría de mamut, al igual que las de los elefantes actuales, solo estaría segura en el seno de su manada, junto a unas experimentadas hembras adultas que la alejarían de cualquier peligro. Pero la naturaleza aventurera de un cachorro y un inevitable momento de distracción pudieron ocasionar el extravío. Este tipo de incidentes no debieron de ser excepcionales, e incluso se ha interpretado que algunas de las crías de mamut halladas congeladas en Siberia pudieron morir por causas semejantes. Los restos de nuestro pequeño se ex­­cavaron en 2011 en la cueva de Jou Puerta, cerca de Llanes. Solo se pudieron recuperar tres fragmentos de molar y una pequeña defensa de marfil, restos suficientes para relatar la triste historia de esta criatura. Junto con él, varios rinocerontes lanudos, ciervos y bisontes, entre otros animales, fueron víctimas de la misma trampa.

Bisontes. Los bisontes de la cueva de La Covaciella, en el concejo de Cabrales, pintados hace unos 14.000 años, se cuentan entre los mejor conservados del arte parietal magdaleniense. Al igual que otras simas y cavidades de la cornisa cantábrica, la cueva fue descubierta por azar durante la construcción de una carretera. Foto: Pedro Saura. Saber más… National Geographic (España).

Vestigios del Cuaternario
La zona centrooriental de la región cantábrica es especialmente rica en vestigios del período Cuaternario por una cuestión de índole geológica: la gran abundancia de calizas. Es en este tipo de rocas donde, por filtración del agua, se forman las cuevas, tan abundantes en esta región. Estas cavernas constituyen verdaderas «cámaras del tiempo» en las que los restos óseos de animales se han conservado prácticamente inalterados durante miles de años, protegidos de la erosión física, química y biológica. También en llanes, cerca de la última morada del pequeño mamut, una tercera dolina nos narra una historia semejante, aunque con un matiz: las víctimas, en este caso, fueron los depredadores. En esta cueva, situada bajo un pozo natural de 16 metros de profundidad, tres espeleólogos del club Escar hallaron hace cuatro años una mandíbula de león. Fragmentos óseos dispersos alrededor sugerían la promesa de que el esqueleto del félido estuviese más completo.

Cráneo de león. El león que vivía en la Europa del Pleistoceno Superior era de mayor talla y robustez que los leones actuales. Algunos autores consideran la forma prehistórica euroasiática una especie diferente, Panthera spelaea. Los restos de leones son relativamente comunes en los yacimientos ibéricos del Pleistoceno Superior, aunque los hallazgos de esqueletos más o menos completos son excepcionales. Foto: Pau Fabregat. Saber más… National Geographic (España).

En enero de 2017 se llevó a cabo una campaña de excavación en la que se recuperaron más de 100 restos del león, incluyendo buena parte del cráneo con su mandíbula y las extremidades an­teriores. Junto a él, restos de otros depredadores nos indican que el león no fue la única víctima de esta trampa natural. Este magnífico conjunto fósil se encuentra actualmente en estudio. No es descartable que, pese a la considerable altura desde la que cayeron, los animales sobrevi­viesen al impacto. De hecho, los restos aparecieron a cierta distancia de la entrada. El esqueleto de este león prehistórico hallado en Asturias presenta mayor tamaño y robustez que los leones africanos actuales. Es de suponer que también su masa muscular fuera visiblemente superior. Aunque no se puede demostrar científicamente, el arte paleolítico parece sugerir que los leones europeos del Pleistoceno Superior no tenían la larga melena que caracteriza a sus parientes actuales de África. Algunos autores han relacionado este rasgo con una diferente estructura social, posiblemente propia de animales más monógamos.

Praemegaceros Solilhacus Casi tan grande como el megaloceros, este ciervo acaba de incorporarse a la nómina de fauna del pleistoceno asturiano con la publicación del análisis de los restos hallados en un yacimiento de Grado, de entre 800.000 y 500.000 años de antigüedad. Se han excavado restos más recientes (400.000 años) en Atapuerca. Dibujo: de Praemegaceros Solilhacus de Diego Álvarez Lao. Saber más… La Nueva España.

Despeñados por una estampida
¿Por qué motivo los protagonistas de nuestras tres historias –y los de otras muchas– acabaron en el fondo de las dolinas? Las causas son múltiples. En la mayoría de los casos se interpreta que se despeñaron durante «estampidas», seguramente debidas a persecuciones. Esta explicación encaja en el caso de los herbívoros, como los bisontes o los rinocerontes, que tienen los ojos lateralizados, lo que les proporciona un amplio campo visual, pero, por contra, un ángulo de visión tridimensional muy bajo. Parece fácil pensar que durante una estampida, su escasa visión tridimensional les impidiera percibir a tiempo la depresión del terreno.

Lobo (Canis lupus) Un superviviente, gracias a su capacidad de adaptación a diferentes medios y a muy diversas condiciones. Durante el Pleistoceno ocupó gran parte de Eurasia y de Norteamérica; su área de distribución actual se extiende desde las tundras árticas hasta la India. Sus restos resultan frecuentes en los yacimientos de Asturias. Dibujo: de Lobo de Diego Álvarez Lao. Saber más… La Nueva España.

Es muy posible que la mayoría de los herbívoros hallados en las cuevas de La Rexidora y Jou Puerta hayan caído de este modo. En otros casos pudo deberse al hecho de que la entrada, especialmente si era estrecha, estuviera oculta por irregularidades del terreno, por la vegetación o por la nieve, sobre todo en zonas de relieve abrupto. Incluso hoy en día es fácil caer en una de esas dolinas si uno se despista. Meses antes de excavar la que alberga los restos del león, se coló por ella un perro, que fue rescatado vivo a pesar de haber caído desde una altura de 16 metros en vertical. Estas simas, que comunican las cuevas con el exterior, aún son abundantes en zonas elevadas de la cordillera Cantábrica, y con frecuencia caen en ellas animales domésticos (vacas, cabras…) y salvajes (osos, rebecos...).

Mandíbula de rinoceronte lanudo. Compañero inseparable del mamut lanudo, esta especie presentaba una talla similar a la del rinoceronte blanco africano, pudiendo superar los 4 metros de longitud. Su cuerno nasal era muy largo y curvado, aplanado lateralmente, como un sable. Los hallazgos de Siberia confirman que el cuerpo del rinoceronte lanudo, como el del mamut, estaba cubierto por una espesa capa de pelo. Sus molares y premolares, con altas coronas y complejos repliegues en el esmalte, estaban bien adaptados a una dieta a base de vegetación herbácea esteparia, muy abrasiva. Las cuevas de Jou Puerta y La Rexidora han proporcionado restos de diversos individuos, como esta mandíbula (arriba) que conserva un premolar de leche, lo que indica que corresponde a un ejemplar joven. Foto: Pau Fabregat. Saber más… National Geographic (España).

Asimismo, es posible que algunos carroñeros, como las hienas, descendieran voluntariamente por su propio pie atraídos por el olor de la carroña y que después no fuesen capaces de salir. Esta hipótesis podría ajustarse muy bien al caso de la hiena de La Rexidora. La comunidad de grandes mamíferos que vivió durante la última glaciación en gran parte de Europa, Asia y América del Norte se conoce como la fauna del mamut. Entre estas especies se encuentran algunas que desarrollaron adapta­ciones físicas muy avanzadas que les permitían sobrevivir en el clima extremadamente frío y árido reinante en esa época. Quizá las más emblemáticas sean el mamut lanudo (Mammuthus primigenius) y el rinoceronte lanudo (Coelodonta antiquitatis), que desaparecieron hace escasos milenios después de vivir millones de años de evolución.

León (Panthera leo) Muy extendido por Eurasia en el Pleistoceno (aparece en varios yacimientos asturianos), hoy tan sólo sobrevive en este ámbito un pequeño núcleo en la India y su área principal es africana. Era un león grande y fuerte, sin la melena que caracteriza a los machos africanos. Se extinguió en Europa hace unos 12.000 años. Dibujo: de León (Panthera leo) de Diego Álvarez Lao. Saber más… La Nueva España.

Afortunadamente, otras, como el reno (Rangifer tarandus) y el buey almizclero (Ovibos moschatus) sobrevivieron a la última glaciación y todavía podemos disfrutar de su presencia. Bisontes (Bison priscus), caballos (Equus ferus) y ciervos (Cervus elaphus), especies más tolerantes a las oscilaciones climáticas, también formaron parte de aquella comunidad. Asimismo, los carnívoros, con una mayor capacidad de adaptación a los diferentes climas, completaban el conjunto: leones (Panthera leo), leopardos (Panthera pardus), hienas (Crocuta crocuta), osos de las cavernas (Ursus spelaeus), glotones (Gulo gulo) y lobos (Canis lupus), entre otros, ocuparían los pisos superiores de la pirámide ecológica. Esta asociación faunística vivió en un ambiente frío y árido, cuyo paisaje estaba dominado por la vegetación herbácea: la tundra-estepa, o estepa del mamut. 

Bisonte de Estepa (Bison priscus) Antepasado del bisonte europeo actual, más grande (hasta dos metros de altura en la cruz) y con cuernos más largos, es frecuente en los yacimientos asturianos y asimismo aparece bien representado en el arte parietal. Los restos más antiguos hallados en Asturias tienen 150.000 años; desapareció hace 17.000. Dibujo: de Bisonte de Estepa de Diego Álvarez Lao. Saber más… La Nueva España.

Durante los episodios fríos del Pleistoceno, este bioma llegó a extenderse por gran parte de Eurasia y América del Norte. En las penínsulas del sur de Europa, las condiciones climáticas menos extremas permitieron que los árboles siguieran desarrollándose pese al frío glacial y que la fauna propia de clima templado sobreviviera. Así, el ciervo común es la especie mayoritaria en los yacimientos ibéricos coetáneos. Junto con él, la presencia de otros herbívoros más ligados al medio forestal, como el corzo (Capreolus capreolus) y el jabalí (Sus scrofa), nos indica que aquí, aun bajo unas condiciones tan gélidas y áridas, los bosques no desaparecieron por completo. Aunque la fauna del mamut nunca llegó a estar plenamente establecida en la península Ibérica, han aparecido restos de mamuts, rinocerontes lanudos y renos en más de 75 yacimientos arqueológicos y paleontológicos ibéricos, especialmente en el norte, en la cornisa cantábrica y en Cataluña.
Diego Álvarez Lao con el cráneo reconstruido del bisonte de estepa en uno de los laboratorios Ver enlace... 
Ya a mediados del siglo XIX, el eminente naturalista escocés Andrew Leith Adams examinó unos restos de mamut hallados en un yacimiento cántabro. A principios del siglo XX el insigne ingeniero y prehistoriador francés Edouard Harlé detectó la presencia de restos de reno, mamut y rinoceronte lanudo en diversas cuevas cantábricas y catalanas. Desde la década de 1960, los hallazgos de estas especies en nuestra península se han ido multiplicando a raíz de los numerosos trabajos llevados a cabo por otros paleontólogos como Jesús Altuna y Pedro Castaños. No obstante, en estas latitudes, las especies adaptadas al frío siempre fueron elementos minoritarios dentro de unas comunidades dominadas por mamíferos propios de clima templado. Excepcionalmente, durante los episodios de frío más intenso estos animales llegaron a expandirse incluso por el centro y el sur peninsular.

Oso de las cavernas (Ursus spelaeus) Tenía el tamaño de los grandes osos grizzli que actualmente viven en Alaska. No obstante, era más herbívoro que el actual oso pardo cantábrico. La abundancia de sus restos en las cuevas de Asturias sugiere que debió ser muy común. Desapareció hace unos 20.000 años. El oso pardo, de origen asiático, ocupó su lugar. Dibujo: de Oso de las Cavernas de Diego Álvarez Lao. Saber más… La Nueva España.

El notable yacimiento de mamuts de Padul, en Granada, da testimonio de ello. Por lo tanto, el norte ibérico presentaba un carácter transicional entre las faunas del centro y norte de Europa, dominadas por las especies de clima frío, y el centro y sur peninsular, donde los animales de clima templado persistieron durante todo el Cuaternario. Tampoco se puede descartar la posibilidad de que la presencia de estas especies de clima frío en nuestra península fuera de carácter meramente estacional. Es sabido que algunos de estos animales pueden realizar migraciones estacionales muy largas: ciertas poblaciones actuales de renos, como la del Porcupine, que vive en Alaska y el Yukón, realizan migraciones anuales de más de 2.500 kilómetros entre las zonas de cría y las áreas de invernada.
Reno (Rangifer tarandus) Vinculado en la actualidad a las regiones árticas de Norteamérica –donde se lo conoce como caribú– y de Europa, desapareció de Asturias hace unos 12.000 años; su presencia antigua ha quedado registrada en cuevas como Tito Bustillo y Las Caldas. Desarrolló un grueso pelaje estacional como adaptación al frío. Dibujo: de Reno de Diego Álvarez Lao. Saber más… La Nueva España.
También los elefantes africanos llevan a cabo importantes migraciones en busca de agua entre las estaciones húmedas y secas. No sería, pues, descabellado pensar que algunas de estas especies de clima frío pudiesen alcanzar latitudes tan meridionales como la península Ibérica solamente durante el invierno, cuando el clima en el norte era más crudo y los recursos, más escasos.
Picos de Europa. La nieve domina el paisaje asturiano en las estribaciones de los Picos de Europa. Esta imagen evoca el aspecto que debió de tener el norte ibérico durante la última glaciación, que comenzó hace unos 110.000 años y finalizó hace unos 12.000. Aquel clima extremadamente frío y árido favorecería el desarrollo de extensos glaciares en las áreas de montaña y de una vegetación esteparia en los valles y llanuras. Foto: Andoni Canela. Saber más… National Geographic (España).
Montañas como barreras naturales
Las evidencias paleontológicas nos indican también que las cadenas montañosas, como los Pirineos, actuaron de barreras naturales que li­mitaron la expansión de esas poblaciones. La gran diferencia de faunas registrada entre el sur de Francia, donde las especies de clima frío eran dominantes, y el norte ibérico dan fe de este hecho. También la cordillera Cantábrica supuso un importante obstáculo, pues especies como el reno, cuya presencia se ha constatado en más de 40 yacimientos cantábricos, nunca se han hallado al sur de estas montañas.

Caballo (Equus ferus) Los caballos salvajes, de aspecto similar a los actuales takhi de Mongolia, aparecieron en Asturias hace más de medio millón de años. Convivieron con los primeros caballos domésticos y, dado que los restos de unos y de otros son difíciles de diferenciar entre sí, se desconoce la fecha de su desaparición. Dibujo: de Caballo de Diego Álvarez Lao. Saber más…. La Nueva España.

Esta Europa salvaje, poblada por una gran fauna, cambió drásticamente al final de la última glaciación, hace unos 12.000 años, cuando casi todas las especies de grandes mamíferos desaparecieron. La mayoría de los especialistas coinciden en que este empobrecimiento faunístico fue consecuencia de la combinación de dos factores: por una parte, el calentamiento climático conllevó un profundo cambio en la vegetación y, por ende, la desaparición del hábitat de aquellas especies; por otra parte, la expansión de nuestra especie, Homo sapiens, ejerció una notable presión sobre las poblaciones de estos animales, quizá ya muy debilitadas por la reducción de su hábitat, abocándolas finalmente a la extinción.
Megaloceros (Megaloceros giganteus) Este enorme ciervo, del tamaño de un alce (dos metros de altura en la cruz) y con las mayores cuernas que haya tenido nunca un cérvido (3,5 metros de envergadura), sobrevivió en Rusia hasta hace 7.000 años; en Asturias, donde sus restos son escasos, desapareció 28.000 años antes. Habitaba en paisajes abiertos. Dibujo: de Ciervo Gigante de Diego Álvarez Lao.  Saber más…. La Nueva España. 
Los humanos de hoy, a diferencia de los del Pleistoceno, nos sumergimos en las profundidades de la tierra en busca de los restos de aquellos animales y así conocer qué aspecto tenían, cómo vivían y morían, cuáles eran las condiciones ambientales y el paisaje en el que se desenvolvían. La última campaña de excavación en la cueva de La Rexidora, la de 2017, ha sido muy fructífera al proporcionarnos unos 250 nuevos fósiles. Pero la búsqueda continúa. Las entrañas de la tierra aún albergan infinidad de secretos sobre estos extraordinarios animales, que nos permitirán construir una imagen más exacta de la península Ibérica durante la última glaciación. Y seguirán relatándonos apasionantes historias de un pasado salvaje, no tan lejano.

Lince europeo (Lynx lynx) Habitó en Asturias hasta hace dos mil años, con seguridad, y probablemente sobrevivió hasta el siglo XIX, e incluso el XX, ya que es más lógico, por afinidad ecológica, que las citas de lince de los últimos siglos correspondan a esta especie y no al lince ibérico. Actualmente vive en el centro y el norte de Europa, y en Asia. Dibujo: de Lince europeo de Diego Álvarez Lao. Saber más… La Nueva España.

FUENTE: Diego Álvarez Lao. Publicado por National Geographic (España), el 26 de agosto de 2018. Ver enlace.
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AUTORES. 

Diego Álvarez Lao (Avilés, 1975). Personal Docente e Investigador. Es licenciado en Geología y doctorado en Paleontología por la Universidad de Oviedo, en cuyo departamento de Geología trabaja desde 2011 como profesor de su especialidad. Paleontología de grandes mamíferos de Cuaternario. Faunas de grandes mamíferos adaptados al clima frío en el Pleistoceno de la Península Ibérica. Paleoecología de las comunidades de grandes mamíferos pleistocenos en Europa. Cambios ambientales durante el Cuaternario. Interesado desde niño por los fósiles y la vida prehistórica, ha centrado su labor investigadora en paleontología de mamíferos del Cuaternario, principalmente en Asturias, pero también en otros yacimientos españoles. Paralelamente, ha ido desarrollando su faceta de ilustrador, en el ámbito de la naturaleza, con particular interés en la reconstrucción de especies extinguidas. Algunas de sus ilustraciones se han publicado en “National Geographic” y en otras publicaciones de relieve. Foto: Miki López – Fuente: La Nueva España y departamento de Geología de la Universidad de Oviedo.

National Geographic Magazine, posteriormente abreviada como National Geographic, es una entidad sin ánimo de lucro que funciona como el órgano de expresión oficial de la National Geographic Society de Estados Unidos. Su primera edición data de octubre de 1888, nueve meses después de que la sociedad fuera fundada. Esta publicación fue identificada casi inmediatamente por su característica franja amarilla en la portada. El control del interés en la revista ha estado en manos de The Walt Disney Company desde 2019. Actualmente se distribuye mensualmente en 32 lenguas en todo el mundo. Su tirada es cercana a los nueve millones (la que se suma a los quince millones de ejemplares entregados en hogares cada mes). En ocasiones especiales son lanzadas publicaciones extras y mapas especiales. La revista contiene artículos acerca de geografía, ciencia, historia, cultura, eventos actuales y fotografía. (…)… Seguir leyendo… WIKIPEDIA. National Geographic - National Geographic España – Es la web oficial de la revista National Geographic España: reportajes y fotografías de naturaleza, ciencia, historia, viajes y aventura. Saber más… National GeographicEspaña.

EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.

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