El
amor asturiano que marcó a Galdós |
(...). En el salón de
la casa de D. Luis Verde Muntan, bisnieto de Galdós, se ilumina con luz propia
el retrato de Lorenza pintado por José María Fenollera. Hoy, gracias a la férrea
voluntad de este heredero, el cuadro recorre España junto a otros tesoros. (...).
Saber más... Jornadas Madrileñas de Novela Histórica.
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Lorenza Cobián ligó para siempre su Parres
natal al novelista, rendido a los encantos de una mujer con la que intentó
casarse sin éxito y con la que tuvo a su única hija reconocida l En Bodes sigue
en pie su casa de veraneo |
“La principal
aportación de Benito Pérez Galdós a la cultura española fue inventar una imagen
moderna del ser humano”. Es una de las reflexiones de la exposición “La verdad
humana”, dedicada al escritor canario con motivo del centenario de su muerte.
La Nueva España.
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La Nueva España.
De todas, y
fueron muchas, las mujeres que pasaron por la vida de Benito Pérez Galdós, solo
una logró que el escritor (Las Palmas de Gran Canaria, 1843-Madrid, 1920)
dejara por momentos relegada a un segundo plano la pluma que siempre era su
prioridad. Esta fue la asturiana Lorenza Cobián González, nacida en la aldea de
Bodes, en Parres, en 1851. Algo tenía la parraguesa, y no era solo su gran
belleza, digna de ser inmortalizada por algunos de los mejores pintores de la
época, como Sorolla, Emilio Sala y francés o José María Fenollera.
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Para Galdós
–que aparte de por su genialidad ha pasado a la historia por su fama de
mujeriego–, la guapa asturiana, a la que conoció cuando esta veraneaba en
Santander con unos tíos, era especial. Y esto le llevó a hacer algo que solo
hizo con ella: pedirle matrimonio. Fue la única vez que se mostró dispuesto a
dar el paso. Y dio en hueso. Lorenza Cobián, analfabeta y desconocedora de que
aquel hombre que la pretendía en su estío santanderino era ya un escritor
consagrado (se dice que Galdós hasta se burló de ella por este motivo), se negó
en rotundo.“Ella, muy
adelantada para la época, rechazó la propuesta porque opinaba que cuando uno se
casaba perdía la ilusión”, explica Francisco Rozada, cronista de Parres, para
quien a día de hoy sigue siendo un misterio por qué una joven criada en la
aldea, sin formación alguna y por tanto –se supone– carente de cualquier tipo
de ansias por ser una mujer libre e independiente, rechazó la oportunidad de
una boda inmejorable para una persona de su condición en la época. “Lo tenía en
bandeja y se negó cuando eso debía de ser lo mejor que le podía pasar a una
joven así entonces…”, reflexiona Rozada.
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En la imagen Benito Pérez Galdós en su quinta de Santander en 1905. Benito Pérez
Galdós, el escritor que hay que leer para "sentirse español". Imagen coloreada. (...). Saber más... El Español. |
Con todo,
pese a los desplantes de Lorenza, la relación siguió adelante en Madrid y dio
sus frutos: una hija, María, la única reconocida por Pérez Galdós, nacida en
1891. Antes habían tenido un niño que murió al poco de nacer. Es muy probable que
el escritor compaginase su relación con la parraguesa con otras mujeres, entre
ellas, una de las más conocidas, la gallega Emilio Pardo Bazán. Esta, también
norteña como Lorenza, pero mucho más culta y preparada, aunque infinitamente
menos agraciada. Por sus cartas se sabe que la relación entre ambos escritores
fue de lo más fogosa, alcanzó su momento culminante a finales de la década de
los 80 del siglo XIX –en 1891 nació María– y era Emilia más bien la que buscaba
a Galdós. Pero él, por
lo que fuera, nunca dejó a Lorenza. “Fueron años felices, pero cuando ésta
contaba con 55 años cayó en una gran depresión mental que la llevó al suicido”,
relata el cronista de Parres. Con la misma determinación que dijo no a casarse
con Galdós decidió acabar con su vida. La asturiana fue detenida por tirarse a
las vías del tren en la estación de Príncipe Pío de Madrid. En el calabozo
persistió en su idea y se ahorcó.
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Era verano de 1906 y su hija, de 15 años, estaba con un pie en la adolescencia. Pero lejos de cortar lazos con su familia materna, pese a la lejanía de Asturias, estos se mantuvieron y se estrecharon aún más. Su padre nunca había ocultado su predilección por la tierra de la única mujer que le había encandilado hasta el punto de estar dispuesto a casarse y que le había dado una hija a la que, lejos de ocultar, dio todo. María
Pérez-Galdós Cobián (la unión de los dos apellidos del padre fue iniciativa de
un tío para que no se perdieran) era dichosa en Asturias. “Le gustaba mucho
venir y estar con los del pueblo”, asegura la parraguesa Arsenita Escandón,
quien con 79 años conoció bien a la familia. A la finca de “El Gallán”, en el
alto de Bodes y donde veraneaban, iba a diario desde su casa de El Pinar a
llevarles la leche. Entonces era una niña, pero Arsenita recuerda bien a María,
“buenísima, guapa y muy bajita”, y a su marido, Juan Verde, un hombre risueño y
amable, “que contaba chistes sin parar, con aquella sonrisa en la cara…”. La
pareja se había casado poco antes de morir Pérez Galdós, en 1920.
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María
Pérez-Galdós Cobián (1907). La relación de Galdós con Las Arriondas es más profunda
de lo que la gente conoce, de allí era Lorenza Cobián González, uno de sus
grandes amores, y su pareja durante muchos años, con la que tuvo dos hijos, uno
fallecido al poco de nacer, y la otra María Pérez-Galdós Cobián, su única hija
viva y heredera. Foto coloreada. (...). Saber más... Jornadas Madrileñas de Novela Histórica.
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En “El
Gallán” nació Lorenza Cobián, en una casita que ya no existe, queda el solar,
junto al cual su hija levantó la edificación actual donde poder vivir cuando
podían escapar de Madrid. Arsenita
Escandón pasea con LA NUEVA ESPAÑA y con el cronista de Parres por la finca y a
su memoria vienen muchos recuerdos de entonces, como las agradables noches de
verano en las que las gentes de la redonda acudían a la finca “a conceyar”.
“Mucho tengo jugado por aquí”, explica ante el pequeño patio delante de la
casa, sencilla y con carga en las paredes, con impresionantes vistas a los
cercanos Picos de Europa. Los domingos tocaba ir al baile. El matrimonio Verde
no faltaba a la cita en el salón de La Tellera: “Me acuerdo de las alpargatas
que se ponían. Eran como del pueblo, sencillos, muy amables. María era
buenísima y le encantaba mezclarse con las gentes de por aquí. Ni ella ni su
marido se las daban de nada”.
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Arsenita Escandón y el cronista Francisco Rozada, caminando por la finca parraguesa. La Nueva España. |
Llegaron los
niños al matrimonio, Rafael y Benito, que también pasaron muchos veranos en “El
Gallán” con sus padres y, posteriormente, con sus propios hijos. El primero era
alto, todo lo contrario a su madre, a quien se parecía mucho Benito: “De la
cara era igualito a ella”. En los años
de la posguerra en España los pueblos, recalca Arsenita, estaban llenos de
gente, no como ahora, vacíos. Se trabajaba mucho en el campo y las condiciones
eran duras para sus vecinos, pero siempre había tiempo para disfrutar, más en
los meses del calor. En Parres no faltaban las distracciones en forma de las
reuniones nocturnas, juegos de cartas, el baile, las fiestas de los pueblos,
los baños en el río y, cómo no, el ya entonces popular Descenso del Sella, que
echó a andar en 1930: “Estaban todo julio y agosto prácticamente en Bodes, poco
bajaban a Arriondas. No hacía falta porque tenían de todo por aquí cerca”. Un verano de
1959 la tragedia llegó a la familia con la muerte de Juan Verde a los 60 años.
Cuenta Francisco Rozada que “ante el elevado coste del traslado a Madrid
decidieron enterrarlo en Collía”. Su viuda mantuvo sus estancias en Asturias –
“la casa de ‘El Gallán’ no se cerraba en todo el año”, según Arsenita Escandón–
hasta prácticamente su muerte, en Madrid, en 1972 con 81 años.
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Pérez Galdós y Armando Palacio Valdés, en una imagen que se sitúa en Covadonga. La Nueva España. |
En la capital de
España reposan sus restos, lejos de los de su marido y de la tierra de su
madre, pero junto a los de su padre en la tumba familiar en La Almudena. Nietos y
bisnietos de Benito Pérez Galdós mantuvieron su vínculo con Parres y la casa de
Bodes, aunque con el tiempo esta se vendió. Hubieron de pasar muchos años para
que el concejo recordase y reconociera sus lazos con el escritor canario: en
2008 se dio su nombre a la Casa de Cultura de Arriondas. Fue un acto en el que
estuvieron presentes sus bisnietos María Ángeles y Rafael, residentes entonces
en el cercano Santander, donde más de un siglo antes su bisabuelo había
conocido a la parraguesa Lorenza Cobián, cuya relación los unió por siempre a
Parres. Tanto que
cuando María Ángeles murió fue enterrada en el concejo, como era su deseo, en
homenaje a los veraneos de sus abuelos. Junto a Juan Verde, en el mismo nicho
donde descansa éste, reposan sus restos desde 2013. Su hijo Juan Antonio, su
hermano Rafael y otros miembros de la familia trasladaron las cenizas desde
Santander. Allí, en el
pequeño, bonito y solitario cementerio de Collía, a pocos kilómetros de Bodes,
descansan parte de los descendientes de Pérez Galdós, un escritor universal al
que la bella y rebelde Lorenza Cobián ligó para siempre a su tierra natal
asturiana.
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Arsenita
Escandón, de espaldas, ante el nicho con los restos de Juan Verde y su nieta
María Ángeles Verde, en el cementerio de Collía. MIKI LÓPEZ. La Nueva España.
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FUENTE: MARIOLA RIERA. Publicado por la Nueva españa el 10-10-2019. Ver enlace. __________________________________________________________________________
AUTORES.
Mariola Riera Sánchez (Avilés,
1976) es también licenciada en Ciencias de la Información por la
Universidad Complutense de Madrid. Tras dos años como corresponsal en el bajo
Nalón y los valles del Trubia, en 2000 ingresó como redactora en la edición de
LA NUEVA ESPAÑA en Avilés, donde cultivó con gran eficacia todos los registros
de la información local. Trabajadora entusiasta e infatigable, desde 2007
desarrolla su labor en la redacción central del periódico, en Oviedo, donde
ahora coordina el área de «Comarcas», de la que dependen las ediciones de
Oriente y Occidente, así como las páginas de «Centro», todas ellas con
creciente aceptación por parte de los lectores. FUENTE. La Nueva España. FOTO: La Nueva España.
EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La
Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la
forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para
cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.“El único deber que tenemos con la historia es
reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se
adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y
CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y
nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta
García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo
haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.
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imagen o al final de cada artículo, si no es así, se debe a que es un dato que
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última vez el 15 de junio de 2023 a las 20:46 horas.
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