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8 de septiembre de 2017

Los difíciles años después de la contienda en Gijón

Clausuran los periódicos progresistas y retorna de París la Virgen de Covadonga
Las brigadas navarras desfilan por las calles de Gijón tras el triunfo franquista. (biblioteca nacional)
Los tejados de las casas fueron cubiertos con sábanas y lienzos blancos de paz al finalizar la contienda y se restablecieron las comunicaciones y los servicios
Llegada de la cuarta brigada de requetés de Navarra a la plaza del Instituto
La ciudad entraba en una nueva etapa de su historia. Sábanas y lienzos blancos de paz cubrían los tejados. Mientras los periódicos progresistas como "El Noroeste" y "La Prensa" eran clausurados sin más ni más; otros trataban de llenar el espacio dejado por tan dignas publicaciones que siempre defendieron las libertades de los ciudadanos. El 21 de octubre de 1937 apareció "Mar", del Movimiento Nacional, que en su cabecera ostentaba el título de "De Oviedo para Gijón" y el monograma del yugo y las flechas, con fotografías de Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera. Poco tiempo duró este diario, ya que el 19 de octubre fue sustituido por "Voluntad" (también, claro, del Movimiento Nacional), bajo la dirección de Miguel Seminario Rojas, aunque muy pronto se haría responsable de él Joaquín Alonso Bonet, quien había estado también preso en el barco "Luis Caso de los Cobos". No fueron fáciles aquellos años de la contienda para los periodistas. En su lecho de muerte en Porceyo, envuelto por un camisón blanco, el poeta Alfonso Camín me preguntó:-¿Qué ha sido de Javier, aquel chico periodista?.

Joaquín Alonso Bonet
En su nebulosa mental en la que ya no había tiempos, Camín se interesaba por el combativo periodista madrileño Javier Bueno, a quien le habían detenido y torturado obligándole a comer hojas del periódico, lo que hizo comentando irónicamente que no sabían nada mal. El 20 de octubre de 1937 también logró huir en un barco acompañado por todos los miembros de su redacción.
Tres periódicos en la casa de los Clotas. Juan Ramón Pérez de las Clotas así recordó aquellos tiempos en sus memorias escritas por Javier Morán y publicadas en LA NUEVA ESPAÑA: "Tras acabar la guerra en Asturias y como todos los muchachos de mi ámbito de amigos, nos hacemos miembros del Frente de Juventudes, la Falange para los chavales. En honor a la verdad debo decir que aquello contribuyó a mi formación moral y recuerdo cómo en los campamentos, insólitamente, se rezaba todas las noches la oración de los caídos por los muertos de uno y de otro bando, cosa que no se suele recordar. Es en esa época cuando empieza mi decantación por el periodismo, aunque tenía raíces anteriores. Por la vocación política de mi padre hubo siempre gran curiosidad informativa en mi casa y habían entrado a diario tres periódicos, cosa insólita en una familia de la época. Llegaba "El Noroeste", periódico republicano y melquiadista; "La Prensa", el diario informativo, y "El Sol", de Madrid".
Ilustración de Alfonso Zapico
Los nuevos mandatarios de la ciudad. Tras ser restablecidas las comunicaciones, de la Alcaldía se hizo cargo provisionalmente Alberto Menéndez y Fernández Setién, a las órdenes del comandante militar de la plaza. Asimismo volvieron a funcionar los servicios más indispensables como el abastecimiento de aguas, el alumbrado y los tranvías que empezaron a prestar de nuevo servicio media hora después de haber entrado las tropas de las Brigadas Navarras en Gijón. El 8 de noviembre fue constituida una gestora municipal compuesta por el alcalde, Paulino Vigón Cortés; el delegado de Gobierno Interior y Ceremonial, Julio Gavito Arroyo; el delegado de Beneficencia y Sanidad, doctor Avelino González Fernández; el delegado de Cultura, Antonio González Cobo; el delegado de Hacienda, Julián García Fernández; el delegado de Luz, Agua y Alcantarillado, Oscar de la Riera Acebal; el delegado de Policía Urbana, Manuel García Rodríguez y el delegado de Policía Rural, Julio Paquet Cangas. En cuanto a la constituida Jefatura Local del Movimiento Nacional, el 21 de octubre de 1937 quedó compuesta por Rafael San Juan Roqués, Julio Paquet Cangas, Roberto Paraja, Fernando Cangas García, Jesús Rodríguez Navia, José María Basterrechea, Manuel Martínez de la Vega, Julián Gómez Elisburu, Diego Cabezudo, Paulino González Saavedra, José María Álvarez Cascos y José Miguel Llorca.
Ilustración de Alfonso Zapico
La primera misa celebrada en Gijón tras la Guerra Civil fue en el Campo Valdés. El Cronista Oficial de Gijón, Joaquín Alonso Bonet, quien asistió a la ceremonia religiosa, escribió que "el Campo Valdés estaba totalmente ocupado por los fieles y constituyó una emocionante manifestación de fe cristiana. El altar estaba situado sobre las piedras del templo parroquial destruido durante los sucesos de 1936. Se emprendió inmediatamente una campaña encaminada a restablecer el culto en las tres parroquias de la población, cuyo resultado permitió que se instalaran, provisionalmente, la de San Pedro en la Colegiata de San Juan Bautista; la de San José en el primer piso del número 2 de la calle de Langreo, que eran las oficinas de López de Haro; y la de San Lorenzo, en los bajos de la Delegación del Centro Asturiano de La Habana, en Begoña."
José Félix de Lequerica y Erquiza
El retorno a Gijón de la Virgen de Covadonga. El embajador de España en París, José Félix de Lequerica Erquiza fue quien encontró a la Virgen de Covadonga. Así se informó sobre el hallazgo: "La imagen de la Santina fue descubierta el 25 de marzo en París. Estaba en uno de los desvanes de la Embajada de España. El señor Lequerica envió al Generalísimo detalles sobre el feliz hallazgo. Según la ilustre esposa del Caudillo, en referencia hecha al alcalde de Oviedo, los rojos llevaron al edificio de la citada embajada varias cajas conteniendo tesoros artísticos asturianos robados. Cuando el señor Lequerica examinó aquellas cajas observó que estaban abiertas y vacías. Sólo una, con el rótulo La Virgen de Covadonga, quedaba intacta. Una vez abierta la caja se vio que contenía la imagen, pero sin corona".
La Virgen de Covadonga por las calles de Gijón
Después de su estancia en el Ateneo Casino Obrero, de donde la llevaron a París, la Virgen de Covadonga retornó el 27 de junio de 1939 entrando a hombros y escoltada por la Guardia Civil, tras haber pasado siete días en la Catedral de Oviedo. Patricio Adúriz dejó escrito en su libro "Crónica de la calle Corrida" que "Nuestro alcalde Paulino Vigón Cortés la saludó en nombre de la villa de Gijón. Ayuntamiento en Pleno bajo maza y las autoridades de rigor? Marineros, arcos, espadañas, baldaquinos, poesías, trípticos, himnos, colegiales, luminarias y, procesionalmente, el famoso tambor de la Abadía de Cenero, José Sánchez, quien marcaba el paso de los enfervorizados fieles redoblando el parche como él sabía. En la calle Corrida, el gran barítono Marcos Redondo cantó un Ave María en su honor".
El Club de Regatas en Gijón
En todos los balcones lucían colgaduras y el Club de Regatas no quiso ser menos y encargó una monumental Cruz de la Victoria de flores a "Casa Múgica", que hizo un excepcional trabajo, pero que luego pasó una desorbitada factura que fue protestada, ya que las arcas de la entidad no estaban preparadas para semejantes dispendios económicos.
Manuel Sánchez Noriega, el Coritu. (Fotografía cedida por Manuel Sánchez Sotres)
El salvador de la Santina fue fusilado en Gijón. Sin embargo, el auténtico salvador de la Santina corrió peor suerte. A pesar de que la actuación de Manuel Sánchez Noriega "El Coritu" -quien era de Cangas de Onís y de ahí su arrojo para proteger a la Virgen de Covadonga- con el personal civil durante la contienda fue más que correcta, ya que se ocupó personalmente de evitar represalias contra conocidos derechistas de la zona de Onís. Ante la propaganda oficial de que sólo los culpables de delitos de sangre pagarían, Sánchez Noriega -quien había participado en la lucha final desde los fortines de Tarna- se lo creyó a pies juntillas por lo que aceptó el salvoconducto de Belarmino Tomás y se embarcó en el mismo pesquero en que huían Arturo Vázquez y Lucio Deago, entre otros jefes.
Belarmino Tomás logró escapar sin ser capturado. Más tarde, en octubre de 1937, siendo presidente del Consejo Soberano de Asturias y León, también volvería a huir. Ilustración de Alfonso zapico
Tras ser interceptados en alta mar por el "Almirante Cervera" fueron conducidos al campo de concentración de Camposancos, en Pontevedra. Al "Coritu" le trasladaron a Asturias y después de un consejo de guerra sumarísimo fue fusilado en Gijón.
Todos los que sobrevivieron a la fatídica Guerra Civil tuvieron que seguir mirando hacia adelante. Que nunca más vuelva a ocurrir una contienda así. El odio, la destrucción y la muerte no resuelven los problemas de un país. Viva la vida
Juan Ramón Pérez Las Clotas (1924-2012)
FUENTE: MANUEL DE CIMADEVILLA
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