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21 de junio de 2017

Nostalgia del tiempo pasado en Mieres

La huella de los tiempos pasados
Custodio, el madreñeru de L´Agüeria San Juan, Junio de 1974.(Colección Julio León Costales). Foto Archivo.
Los antiguos oficios contribuyeron a crear una mente colectiva en nuestro territorio. El Mieres de nuestros antepasados era un territorio de recursos agricolas y sus oficios, hasta la aparición de la industria
Chema Castañón y Che Lavandera Los Felechos y Andresin. (Colección Julio León Costales). Foto Archivo.
La Nueva España.
Afortunadamente muchas de aquellas tradiciones y oficios, llegaron hasta nosotros. ¿Todo tiempo pasado fue mejor? Para el viejo pensante es muy posible que la máxima castellana encaje con sus conclusiones. Entre la juventud de hoy tal afirmación suena a ruso siberiano. Y con respecto a los veteranos de medio pelo, es posible que el asunto ande entre Pinto y Valdemoro, sin que eso suponga mezclar churras con merinas. Pero cada pueblo tiene sus señales inequívocas del pretérito que se fue dejando huella. Y Mieres no podía ni debía ser menos. 
El afilador al pie de la plaza del Mercado. Facebook Mieres años 80 y 90 de José Ramón Viejo.
¿Han visto ustedes estampas tan simpáticas como el afilador que se ponía en las cercanías de la plaza del mercado los domingos de mañana? ¿Y la maquinilla de vapor que servía para asar castañas en pleno invierno y a la que acudía la gente buscando el rico sabor caliente del fruto autóctono asturiano? Aún hoy se mantiene algo de aquella vieja costumbre. Y qué me dicen ustedes del popular charlatán, dicho en el mejor de los sentidos, que se colocaba aproximadamente en la esquina de la plaza cercana a la hoy denominada calle Escuela de Capataces? ¡Oiga! Palabra de honor que el conocido como Valdivia tenía una habilidad rara para colocarnos sus materiales vendibles, aquella especie de bolígrafos, que a los tres o cuatro usos ya no decían ni pío. Pero, claro está, él "cantaba" la mercancía con tanta gracia, que al domingo siguiente uno ya se había olvidado del poco uso escribiente, y volvía de nuevo a caer en las redes del vendedor ambulante que, tal parecía, había nacido con el santo de cara y una predisposición total a endiñarnos su material. 
El popular Valdivia, vendiendo un bolígrafo. Facebook Mieres años 80 y 90 de José Ramón Viejo
Si ahora, en medio de las variadas formas de marketing que usan los principales productos del mercado, incluidos los caros, carísimos anuncios televisivos, "cazan" a un elemento, a modo de vendedor, como era el caso del que nos ocupa, seguro que lo fichan para darse salsa a la campaña y lograr pingües beneficios de venta. Acaso vamos a olvidarnos de Foto Paquín, primero el padre y luego el hijo pequeño, que colocaba su estandarte, caballito majo de cartón incluido para los peques, al pie de los escaparates de los almacenes El Mundo, con la intención de hacer muchas fotos de carnet al minuto y también los consabidos recuerdos gráficos de la grey infantil. Y es que la operación se las traía con aquellos rudimentarios medios hoy considerados carne de museo pero que por aquel entonces, cuando ya comenzaba a exigirse el documento de identidad, servía "la foto al minuto".
La maquinilla de las castañas en invierno, en la actual calle Manuel Llaneza. Facebook Mieres años 80 y 90 de José Ramón Viejo.
Quiérase que no, la historia se fue escribiendo a golpe de novedades que iban revolucionando el "mercado". Y tal como ocurrió con inventos y apliques que cambiaron por completo los resortes y entresijos en los que se movía la vida humana, caso lejano ya de la máquina de vapor, del teléfono, la imprenta, la radio y la televisión, por citar algunos, ahora nos ha llegado, pasito a pasito, los diversos toques y aplicaciones de una nueva tecnología que ha vuelto a promover una nueva revolución, partiendo de los sistemas de una elemental informática que ha desembocado en mil y una piruetas en torno a los modernos ordenadores, a los ultra-mensajeros teléfonos móviles de las redes sociales y a la apertura de esas páginas web que son capaces precisamente de recoger el pasado a base de viejas fotografías y decirnos que hubo un tiempo pasado que fue ¿mejor? ¿peor? Vaya usted a saber.
Andrés el de Prauriundu, Junio 1974. (Colección Julio León Costales). Foto Archivo.
Recuerda el que suscribe cuando, por los años ochenta, en una divertida conversación de juventud ya veterana, se suscitó aquello de dónde podrían llegar las nuevas formas de comunicación entre los humanos.Y hubo quién afirmaba categóricamente aquello de, "no os asustéis, pero tiempo vendrá en que esta tertulia que tenemos hoy aquí se podrá realizar tranquilamente uno sentado en su butaca de Nueva York, otro contemplando el paisaje de Australia, un tercero fumando un cigarrillo en su domicilio de Bruselas y un cuarto, que para todos llega, quejándose de un fuerte dolor de cabeza como consecuencia de los obuses y ruido de artillería en Siria
Lecheras de L'Agüeria San Xuan de Mieres en 1956. (Colección Julio León Costales). Foto Archivo.
Que eso, lo de matarse unos contra otros, sigue tan fresco y actual como cuando, según dicen, Caín mató a su hermano Abel, por lo que ya todos sabemos. Pues el asunto llegó a buen puerto y hoy es tan normal, como el comer, eso de la videoconferencia, aunque sea para declarar ante un magistrado de cualquier audiencia. Y así están las cosas en este mundo de Dios . Camino vamos hacia algo totalmente desconocido y carente de valores como la negación a la relación humana, porque, si ir más lejos, y con los sistemas actuales de comunicación quién no ha visto la escena de una parejita de tórtolos sentados en una terraza de un restaurante de Mieres, a medio metro de distancia uno del otro, con sus móviles, dándole a la tecla, y enviándose frases de un amor tempranero cuando, sin más, abriendo la boca y gritando ¡guapa!, estaba todo arreglado y además se enteraba el resto de la audiencia.
Ramón panadero de Teresina Vegadotos. (Colección Julio León Costales). Foto Archivo.
Y es que, cada día que pasa, la relación entre humanos va decayendo por vía de los sistemas tradicionales. Y sin embargo a través del hilo telefónico -¡perdón!, que ya no hay hilo -, de las redes sociales, se sueltan tantas cosas más allá de la correcta comunicación, que nos dejan temblando. Y luego dicen que no se entera nadie. Y es que, quieras o no, salvo honrosas excepciones, todos estamos enganchados al teclado de tu móvil, al WhatsApp, (¡que guasa señor, que guasa!) y a cualquiera de los "inventos" que guarda esa pequeña maquinilla considerada por algunos como diabólica.
Taller de modistas Santo Emiliano. (Colección Julio León Costales). Foto Archivo.
Pero, en fin, de vez en cuando conviene y es saludable refrescar un tanto la memoria para dejar constancia del pasado, recrearse en ciertos lances de ese pretérito que, quieras o no, en las viejas generaciones dejaron huella y que para las nuevas, si existe un ápice de curiosidad, esa inquietud tan poco valorada hoy día, suele servir de cierto linimento con vistas a saber aceptar, las nuevas normas de vida, y sobre todo los instrumentos en los que se sustenta, como simples elementos de uso y si cabe de disfrute, del momento histórico que a cada uno le ha tocado vivir. El resto, el magnificar lo que aparece en la gran pantalla de la actualidad, como "las grades conquistas del universo", viene a ser algo así como sacar los pies del tiesto y no saber luego dónde vas a meter la pata. Por supuesto que la vida evoluciona pero ha de conservar, como eternos, sus verdaderos valores de la relación humana que deben mantenerse en clave inamovible de insolubles.
Aprendiendo a coser en 'La Invernal',(L´Agüeria San Juan),en el año 1922.(Colección Julio León Costales). Foto Archivo.
FUENTE: AMADEO GANCEDO. Publicado por La Nueva España el 14-05-2017. Ver enlace.
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AUTORES.

AMADEO GANCEDO (Tuña (Tineo), 1935 - Mieres del Camino 2019), ejerció de fedatario del ruidoso y contradictorio Mieres de finales de los setenta y toda la década de los ochenta, contando en sus crónicas el inicio del naufragio industrial del concejo y el surgimiento de un pálpito que insufló vida a la emancipación política y sociocultural. Como antes había hecho uno de sus maestros, el recordado Luis Fernández Cabeza, Amadeo Gancedo se convirtió en consejero, orientador e incluso confesor de alcaldes, empresarios, sindicalistas y dirigentes vecinales. También de algunos artistas, como el propio Víctor Manuel. Al margen de su infatigable labor periodística y, más tarde, empresarial, Amadeo Gancedo fue una persona permanentemente implicada en la vida social y cultural de Mieres. “No sólo fue un observador, sino también un laborioso actor estrechamente ligado a la comunidad”. Fueron muchas las iniciativas en las que se embarcó, colaborando con entidades como el Caudal Deportivo o el Orfeón de Mieres, entre otras muchas. Durante dos etapas de su vida estuvo enfrascado en sendos proyectos que tuvieron una notable relevancia. Se trata del Concurso Artístico de Otoño del viejo Teatro Capítol y de los “Tribunales Populares” impulsados durante su etapa al frente del Centro Cultural y Deportivo. En ambos casos, compartió experiencias con otros muchos inquietos mierenses implicados, como él, en el progreso del concejo. Como en casi todo, su acusada sensibilidad social le hizo adelantarse a debates antes de que se pusieran de máxima actualidad. Un abanderado del entusiasmo. Así le recordaremos. Amadeo Gancedo Rodríguez falleció en Mieres el 27/04/2019. Fuente: La Nueva España.

EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.

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