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9 de julio de 2016

"A la hierba (yerba)"

El trabajo de segar y recoger la hierba segada en la Asturias Rural
Cabruñando el gadañu, en San Martín del Rey Aurelio. Año 1915. (Foto Nº 7448). Memoria digital de Asturias.

La recogida de la  hierba seca en verano. 
Desde San Pedro hasta finales de julio o principios de agosto, aproximadamente, era el periodo conocido como "el tiempo de la yerba

Cabruñar, v. tr. Adelgazar el corte de la guadaña con el martiellu y la yuncla. Foto Archivo.
Leyendes Asturianes
En algunas zonas se trataba de terminar para Santiago, en otras más tarde. Durante este tiempo se segaba, se curaba y se recogía la hierba seca. Hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, la hierba se segaba "a gadaña" (guadaña), una tarea exclusiva de los hombres. Cada segador llevaba la gadaña sujeta sujeta al mango o estil con una "argola"(argolla de hierro), "el corno pra pedra, cachapo, zapicu o colodra" (un cuerno o recipiente de madera para la piedra de afilar) y los "fierros de cabruñar"(el martillo y el yunque). Puestos a segar, cada uno abría el "sou carreiro, maral.lo, maraña o l.liñu"(paso), tan ancho como el tamaño de su brazo, dejando la yerba cortada "nun suco"(en cinturón) a su izquierda. 
Segadores en Saliencia (Somiedo) con gaxapos de madera, cuerno y metal, ca. 1925. Colección de Roberto Álvarez Menéndez. El Muséu del Pueblu d’Asturies, tiene como objetivo el conservar la memoria histórica del pueblo asturiano y difundir su patrimonio etnográfico. (...) Seguir leyendo... No soy digno de tu amor.

Hacia las nueve se paraba para tomar "a parva" o almuerzo que llevaban las mujeres para el prado, pues se empezaba a segar al amanecer. Los hombres, a continuación, seguían segando hasta mediodía; bebían vino de las botas que los niños se encargaban de que estuviesen llenas y frescas. Cerca del medio día, paraban de segar y "revolvían"(daban la vuelta) a la yerba que se había segado la víspera y después "almorzaban o xantaban" a base de sopa, fabes, chorizo, etc. Eran las mujeres y los niños quienes, por regla general, volvían la yerba, después "s´atopaba con angazos o ságarabataba (se "pañaba" con rastrillos de madera) y, finalmente, se ponía en "murocas, cugurros, morenas o borregas..."(montones) con "horquetas o palas de dientes" (horcas de tres o cuatro dientes). 
Segadores segando yerba. La mecanización y los condicionantes económicos han cambiado el sentido de «ir a la hierba», una actividad clásica del inicio del verano con todo un caudal de tradiciones en riesgo de desaparición. (...). Saber más... LaAsturias Rural y profunda temporada de la hierba.

En las tareas de pañar y "amurocar, aborregar o l.levantar" también solían participar los hombres, que después de pasar el sol volvían a segar. Al día siguiente, si hacía sol, "se abrían las murocas o borregas"( se esparcían los montones), se revolvía y se ponía en "medas o morenas"(montones mayores y pisados); en algunos casos, se hacían "balagares"en el prado, principalmente las casas que no tenían henil. La hierba se transportaba con el carro y las vacas. Para que el carro tuviese más capacidad se le ponían unos palos verticales en los laterales, de un metro de altura, cuatro de cada lado, denominados "fumeiros, estendochus o estadoños...", y en la parte de adelante se colocaba un palo ahorquillado, "el cadeixu o furcón" (con dos o tres ramas). El carro lo cargaba un hombre experimentado, con el fin de colocar más hierba, y para evitar el vuelco o cualquier otro percance. Con frecuencia, muchos hombres, generalmente después de terminar de recoger la hierba de casa, o los de las brañas de vaqueiros de alzada que apenas cultivaban trigo y maíz, iban a la siega a Castilla, a zonas de Babia y Laciana, limítrofes con Asturias, para ganarse algún dinero.
Cagando carro de yerba. (...). En julio es la temporada de “la hierba”. Es la época de segar los prados y procesar la hierba que deberá servir de alimento invernal al ganado. (...). Saber más... La Asturias Rural y profunda temporada de la hierba.

La vara de hierba (el balagar)
En realidad, en Asturias se diría así: «una vara yerba», sin preposición ni nada, y fuera la «H». En nuestra tierra asturiana, la incorporación al campo de la maquinaria y la tecnología hace que vayan desapareciendo alguna de las estampas más representativas y bucólicas de nuestras tradiciones entre ella podemos destacar, por ausencia de nuestros prados; los balagares, que han cedido su puesto a unos rollos realizados por tractores preparados para esta faena y que son finalmente envueltos en plásticos blancos o negros que dan una imagen de modernidad a nuestro entorno, para terminar siendo complemento de polución en nuestra naturaleza. 
En Asturias durante el verano, se recogía y recoge la hierba seca para mantener a los animales durante el invierno. Llega julio y hay que acabar de recoger toda la hierba de los prados, vamos, lo que siempre se dijo de niños, “dir a l’yerba” este trabajo es algo tradicional de Asturias, siempre tenías algún familiar que te «invitaba a ir a la yerba», con lo cual te podía chafar algún plan de vacación o de fin de semana, pero la yerba es la yerba, y la familia también. Fuente: La Asturias Rural y profunda temporada de la hierba.

A finales de la primavera o en el verano, dependiendo de que las tierras fuesen altas o bajas, se segaba la hierba con la guadaña cabruñada con el martillo y suavizada con la piedra, se dejaba extendida en hileras a todo lo largo del prado (prao) para un primer secado, más tarde con pala de dientes y garabato se le iba dando la vuelta facilitando el oreo y la cura, los campesinos, a la tarde la recogían de nuevo con el garabato colocándola en pequeños montones conocidos por el nombre de borregos, que pasaban a montones mayores cuando ya, una vez seca, se preparaba para la realización del balagar.Al igual que existieron siempre maestros constructores de catedrales o arquitectura popular, así también existieron muchos y afamados constructores de balagares, que eran muy populares en los pueblos, así como populares fueron los segadores de trigo, escanda o centeno, los matachines o los malladores
Las “varas de yerba” no son fáciles de ver, al menos no es tan fácil verlas ahora como antes, pero aún existen rincones de Asturias donde los ganaderos guardan el alimento para el ganado en varas de hierba, una tradición que se resiste a desaparecer. RTPA.

Para la construcción de un balagar era necesario, en primer lugar, colocar, bien plantada, la vara, que era, ni más ni menos, un tronco lo bastante recto como para que se pudiese guiar la elaboración en torno a la misma. Alrededor del tronco se ponía una base para aislar la hierba del suelo y a partir de aquí las mujeres, niños y mozos iban llevando hierba desde las morenas para que el responsable de la construcción del balagar la fuese distribuyendo y pisando en torno a la vara; a medida que va subiendo la hierba seca y pisada el balagar va tomando forma, y según su maestro, esta forma se asemeja a distintos tipos de peras; peras esbeltas y alargadas, peras barrigudas con aire de embarazadas. Según va subiendo la hierba, ésta se va mesando, que es el equivalente a un peinado, todo alrededor buscando la simetría del acabado y a medida que se cierra se le van poniendo unas roscas de hierba rodeando a la vara, de tal forma que evitarán la entrada de agua de la lluvia. Una vez terminada de colocar la hierba, se cubre la parte superior con paja de trigo. 
Hasta hace bien poco en Asturias se apreciaba su paisaje salpicado de balagares, también llamados “vares de yerba” (hierba) o facines, usados para almacenar la hierba a la intemperie. Fuente: La Asturias Rural y profunda temporada de la hierba.

Finalizada la tarea de la elaboración de los balagares, llega la tarea más importante, el medir y comparar cual es mejor que cual mientras se disfrutaba de una espléndida merienda a través de filetes empanados, choscos, tortillas de patata, empanadas, frixuelos y un sinfín de otros exquisitos manjares regados con vino de bota y un buen café de calceta, entre chistes, cantos y risas. Cuando se ven por nuestros campos los rollos de plástico envolviendo la hierba se siente cierta nostalgia de aquellas formas de peras barrigudas que formaban parte del paisaje al igual que los hórreos o las paneras. El mundo evoluciona y una nueva cultura va sustituyendo a la tradición.
Cargando carro de yerba en Valdesoto (Siero), y al lado, haciendo una “vara de yerba”. Fuente: La Asturias Rural y profunda temporada de la hierba.

FUENTES: ADOLFO MARTÍNEZ GARCIA Y MANUEL GARCÍA LINARES. (FUENTES CONSULTADAS: "Antropología de Asturias" y la web desaparecida: "La Hora de Asturias"). Publicado por Leyendes Asturianes 19-11-2010. Ver enlace 1º - Ver enlace 2º.
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AUTORES.

Adolfo García Martínez es antropólogo y profesor de Antropología Cultural de la UNED. Fue profesor de Antropología Cultural en las universidades de Valladolid y de Oviedo. Es licenciado en Filosofía y en Sociología por la Universidad de Lyon (Francia), licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Valencia y doctor por la de Oviedo. En 1987 recibió el premio Juan Uría Ríu. Proyectó y dirigió el Ecomuseo del Parque Natural de Somiedo, asimismo un Proyecto LIFE para la recuperación del patrimonio etnográfico en el Parque Natural de Somiedo. Diseñó el Ecomuseo del Pan de Villanueva de Oscos. Entre sus publicaciones destacan: Los vaqueiros de alzada de Asturias, La familia rural asturiana, Cruce de culturas, La cultura somedana, La vejez en los pueblos de Asturias, Los ritos de paso, Tristes institutos (coautor), La mujer la sociedad rural asturiana, La trashumancia en Asturias, , La Asturias que desaparece, La población rural y la conservación del medio, El tabú, Familia y sociedad, La casa tradicional de San Martín de Oscos y Antropología de Asturias I: la cultura tradicional, patrimonio de futuro, y Los vaqueiros de alzada de Asturias. Un estudio histórico-antropológico, Antropología de Asturias II. El cambio: la imagen invertida del otro, las cuatro últimas publicadas en esta colección. FUENTE: KRK Ediciones.

Manuel García Linares (Navelgas, Tineo), 1943). Artista reconocido y colaborador con la Nueva España. Linares lleva más de media vida residiendo en Oviedo y ya cosecha varios reconocimientos por su trayectoria; entre otras destacan, la de hijo predilecto de Tineo y L’Amuravela de Oro que concede la asociación de Amigos de Cudillero, etc. Linares creció en el bar pensión que sus padres regentaban en Navelgas, donde conoció de primera mano las tareas agrícolas y ganaderas de la zona y que, posteriormente, se convertirían en protagonistas de sus obras. De joven (con 9 años), se trasladó ya a Oviedo para estudiar el bachiller en régimen de interno en el colegio de los Dominicos, y ahí desarrolló su pasión por el arte desde bien joven. Primero, pintó en la calle y después montó un estudio que mantiene hoy en día. antes de matricularse en la Escuela de Artes y Oficios de la capital asturiana. Más tarde residiría y trabajaría en París, Madrid, Puerto Rico e Inglaterra, para volver a poner rumbo a Oviedo. Desde la primavera de 2022, vecinos de Oviedo, perfilan su candidatura para que sea nombrado Hijo Adoptivo de Oviedo. La propuesta cuenta con el apoyo de instituciones tan relevantes como el «Museo de Bellas Artes», «Oviedo Redondo» o la «Sociedad de Artesanos Nuestra Señora del Carmen de Cangas del Narcea». Fuentes: La Nueva España.El Comercio. Foto: de Manolo Linares. ALEX PIÑA Y MARIO ROJAS. (El Comercio).

«Mitología Asturiana». Marisa. Nació en Gijón, pero se crio en la tierra de Armando Palacio Valdés. Un tiempo en el que siendo niño aprendes a querer la tierra, sus gentes y sus costumbres. Cuando subíamos a la aldea, recuerdo aquellas reuniones por las noches, en ellas se hablaba de todo, pero se finalizaba siempre con algún cuento o historia antigua. La Cuenca tiene fama de gentes duras y parcas en el hablar (quién dijo eso alguna vez, se equivocó) Oírles hablar fue lo que me hizo amar más nuestras costumbres y leyendas. A partir de ese tiempo, empezó a recopilar, poco a poco todo lo que cayese en mis manos sobre Asturias. Leyendas Asturianas.

EL BLOG DE ACEBEDO. (ANTOLOGÍA DE LA HISTORIA). La Historia es una disciplina académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.

“El único deber que tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)

El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895), “soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío n’ella”. FUENTE. El Blog de Acebedo.

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1 comentario:

  1. ¿Alguien puede saber sobre la señora llamada "Maruxina", quizá primera propietaria del chalet de Arroxo, que sale de fondo en la foto de la portada del coche de caballos con el matrimonio Vital Aza? Jamás hubiera imaginado que ese chalet fuera tan antiguo en Mieres para ver que no existe prácticamente nada del barrio que yo conocí...Cuando yo habité en mi infancia esa casona en los años 40 del pasado siglo XX ya había carretera general, y el chalet de Jamín Cutiellos justo al lado de acá, pegado a la finca del que se ve en la foto, el cual no estaba rodeado de tanta maleza y soledad...El barrio ya era barrio, con sus calles y aceras...en fin... Sabía que tenía que ser muy antiguo, pero no melo imaginaba tanto. Lo que he visto me ha impresionado profundamente. ¿Sabe alguien algo sobre la historia de la Maruxina que sin duda ya en el siglo XlX lo habitó?

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