29 de abril de 2018

Covadonga, un sueño sin fin (y II)

La culminación de la basílica de Aparici y la obra desaparecida de Frassinelli
Postales MUSÉU DEL PUEBLU D'ASTURIES
El aumento de peregrinos y la declaración del parque nacional propiciaron la construcción del hotel Favila
Basílica de Covadonga en construcción en (1894). (Pinterest)
En 1868 Covadonga parecía sumida en un sueño sin fin. Tras el abandono definitivo de la construcción del gran proyecto neoclásico de Ventura Rodríguez, muy poco se había hecho para evitar la inexorable ruina producto del paso del tiempo y de la caída de grandes piedras del monte Auseva. De nada habían servido las dos visitas reales de los duques de Montpensier en 1857 y de Isabel II en 1858 o las continuas protestas de los peregrinos por el estado de abandono del santuario, pues apenas se llevaron a cabo intervenciones y reparaciones testimoniales. En el año revolucionario de 1868 tuvo lugar un acontecimiento trascendental para la revitalización de la diócesis asturiana y la recuperación de la devoción mariana en Covadonga: el valenciano Benito Sanz y Forés (1828-1895) fue nombrado titular de la cátedra ovetense. Su primera visita a Covadonga tuvo lugar el 29 de junio de 1872.

27 de abril de 2018

Covadonga, un sueño sin fin (I)

El templo ilustrado
Buenaventura Rodríguez Tizón, conocido como Ventura Rodríguez. (Pinterest)
Ventura Rodríguez, el arquitecto de más prestigio en la España de su tiempo, propuso un proyecto revolucionario para el real sitio tras el incendio que causó en 1777 la destrucción de la capilla original
La basílica, en construcción, hacia 1895 (W. Selkirk)
En el verano de 1778 el arquitecto Ventura Rodríguez Tizón (1717-1785) acudió a Covadonga acompañado de su sobrino Manuel Martín Rodríguez (1751-1823), un dibujante y un lacayo. Tan sólo unos meses antes, el ancestral templo de madera del santuario, conocido como "el Milagro", se había consumido en un incendio que transformó para siempre la imagen tradicional del lugar. El arquitecto madrileño había sido designado por la Cámara de Castilla el 23 de diciembre de 1777 para que acudiese a Covadonga, reconociese el sitio y se ocupase en la elaboración de los planos de la nueva iglesia, por lo que se desplazó a Asturias en cuanto sus obligaciones y la climatología se lo permitieron.

26 de abril de 2018

Manuel Meana Canal (Gijón, 1888–1958), durante años realizó acciones piadosas

"El Aldeanu", una institución en la ciudad

El Hotel Asturias de Gijón, en una captura de pantalla de la película "Volver a Empezar "de José Luis Garci. Oscar de Hollywood a la mejor película de habla no inglesa. Hotel Asturias

Manuel Meana Canal fundó el hotel Asturias y durante años repartió comida a diario a los mendigos, acción piadosa que en su testamento pidió que se mantuviera
Manuel Meana Canal de compras por Gijón en 1949. LNE
 Su muerte corrió como la pólvora, de boca en boca, por toda una ciudad que se iba entristeciendo poco a poco con la noticia. Era un día 15 de mayo de 1958 cuando, horas después de que los rusos mandasen al espacio a el satélite artificial Sputnik 3, una larga enfermedad hizo claudicar a Manuel Meana Canal, "El Aldeanu", a sus 71 años. Había muerto un hombre cordial, trabajador, sincero, auténtico, generoso, popular y muy querido en Gijón. "Una verdadera institución" que en ese momento lograba pasar, con nombre y apodo propio, a la historia de la ciudad por ser el fundador del oscarizado Hotel Asturias y por haber alimentado a los muchos hambrientos que la posguerra dejó en Gijón.

25 de abril de 2018

Santo y seña de una generación

Los recuerdos tras la "movida" mierense
Vista aérea de Mieres. Años 90. (Foto archivo)
Antiguos trabajadores de la discoteca "Yubana" se reunieron para revivir sus años de esplendor
Reunión de antiguos trabajadores de la discoteca Yubana (Marzo-2018). La Nueva España.
Cuando el tiempo lo permite, que en ciertas situaciones lo hace casi en cualquier momento, la reflexión de los tiempos, convertida en una buena dosis de nostalgia, salta a la escena para acercarnos a otros espacios temporales con una buena carga de recuerdos, en su mayoría positivos porque, en este singular ejercicio de actualizar las vivencias, suelen queda apartados los momentos negativos, mientras que toman relevancia los agradables y enriquecedores.