12 de noviembre de 2015

El duende activo del mierense de Ablaña, Juan Estrada Fernández

Juan l´Avitu, justo cronista oficioso de Ablaña
La estación de Ablaña (Mieres). Estudios Jubar. La Nueva España.
Estudioso y autodidacta, Juan Estrada posee la sabiduría de su pueblo. Toda comunidad, todo pueblo, debería y de hecho suele tener su cronista oficioso que, por inclinación natural, por un gesto permanente de generosidad, ahonda, rebusca y estudia las raíces del entorno, de sus gentes, amigos, familias, características históricas, hechos destacables y todo aquello que puede convertirse en un testimonio auténtico del pasado y el presente, con vistas a ser testigo en el futuro
Juan l´Avitu, con una de sus gaitas. La Nueva España.

La Nueva España
Ablaña, pueblo importante de Mieres, tiene su cronista oficioso y testimonial en la figura de Juan Estrada Fernández, el que la denominación familiar y cariñosa de sus muchos amigos y convecinos han "bautizado" como Juan l'Avitu. A la hora de abordar esta figura consideramos importante hacerlo primero con su cuna. Ablaña, punto estratégico de comunicaciones ferroviarias del reciente pasado, es lugar de asiento al norte del concejo mierense sin llegar a sus límites extremos, aunque lo haga por el cordal montañoso. Está ubicado en un estrecho valle que podría considerarse a modo de cañón, con salida expresa a uno de los más importantes focos de explotación hullera que existió y el único que aún funciona en el concejo, aunque su producción ya no "acuda" a las viejas tolvas del propio pueblo o sea conducido en dirección a las instalaciones de Fábrica de Mieres a través del puente de "El Macho", ya que su salida es por Sueros, hacia el lavadero central de Hunosa. 

11 de noviembre de 2015

Añoranzas del pasado industrial de Mieres

Asociación de Aprendices de Fábrica de Mieres  
Vista panorámica de Fábrica de Mieres años 60 del pasado siglo XX.  InfoAsturias.
Casi quinientos operarios salieron de esta escuela. Ver artículo del blog de 21 de octubre de 2012: "La Asociación de Aprendices de Fábrica de Mieres (ASAFM)"
Construcción del tren de chapa de Fábrica de Mieres, que vemos en pleno funcionamiento al fondo, aproximadamente en 1950. Con el desmantelamiento de Fábrica de Mieres, se convirtió en “Perfrisa”, luego en “Mieres Tubos” y por último en “Grupo TYC la Mata”, empres de la localidad asturiana de Grado. Colección de Joaquín García González. Facebook: “Mieres Años 80 y 90” de José R. Viejo.

La Nueva España
Ya no suena el rítmico estruendo de engranajes en la que fue vieja "fabricona", ni el turullo de los horarios de laboreo, ni tampoco el traquetreo de trenes, por el centro de Mieres, procedentes de Polio, Tres Amigos o Barredo. Han pasado años, los últimos cuarenta o cincuenta y Mieres perdió, en ese tiempo -más o menos- su peso específico de centro neurálgico de producción siderometalúrgica, mientras que la minería permanece ya de una forma testimonial, todo como consecuencia de ciertas políticas de concentración industrial en dos gigantes sectoriales, Ensidesa y Hunosa, que a la larga, como consecuencia del fuerte desfase económico que producían a las arcas estatales y a las "órdenes" del entonces llamado Mercado Común, rompieron filas para dejar esta santa tierra de la cuenca del Caudal, en una especie de solar bonito y agradable, desde luego, pero exento casi de actividad productiva, con el correspondiente éxodo humano y la población envejecida.

10 de noviembre de 2015

La extraña muerte de un vecino de Ablaña (Mieres)

El suicidio de Carlos Fernández Miranda
Paso a nivel junto a la estación de Ablaña (Mieres). Estudios Jubar. LNE.
La extraña muerte del vecino de Ablaña, detenido tras la Revolución de 1934, que apareció estrellado sobre el suelo del colegio-prisión
Ilustración de Alfonso Zapico. Alfonso Zapico (Blimea, San Martín del Rey Aurelio, Asturias, 1981) es un historietista e ilustrador español. En 2012, su novela gráfica Dublinés fue galardonada con el Premio Nacional de Cómic. Entre otros trabajos es de destacar su ambiciosa obra, La Balada del Norte. Saber más… WIKIPEDIA.
La Nueva España
En el museo del Prado puede verse un cuadro terrible en el que Goya representó a Saturno devorando a uno de sus hijos. Saturno era un dios clásico que se comía a sus vástagos según nacían ante el temor de que alguno de ellos lo destronase: Saturno es el tiempo que se alimenta con nosotros y hace desaparecer nuestros recuerdos en el olvido eterno de sus entrañas. El más cruel de los dioses se ha llevado este año entre sus fauces la memoria del octubre de 1934. Nada; ni un acto; ni una mención para el acontecimiento que, guste o no guste, -como he dicho otras veces- seguramente será el único capítulo del siglo XX asturiano que se siga estudiando cuando llegue el XXII. Prácticamente ya no quedan testigos que puedan evitar como se extiende la manipulación tendenciosa de aquellos hechos que hoy molestan incluso a quienes pasean las mismas siglas que los protagonizaron.

8 de noviembre de 2015

La asturiana inspectora de Sanidad en Haría, Lanzarote

Elisa Álvarez, la descubridora del trago mortal
Persona afectada por el consumo de alcohol. Ver enlace... charquesblog.

En 1963 hubo miles de muertos en España sin una causa aparente. El régimen franquista solo reconoció 50 muertes en Galicia y Canarias
 

María Elisa Álvarez Obaya (1934-2010). Nueva Revolución. Periodismo alternativo.

Búscame en el ciclo de la Vida
Los que no fallecieron, quedaron ciegos. De repente, veían caer nieve ante sus ojos en pleno agosto, y luego, el blanco total. Una joven farmacéutica asturiana, inspectora de Sanidad en Haría, Lanzarote, descubrió la raíz del problema, las familias enterraban a sus seres queridos sin saber qué había apagado sus vidas. María Elisa Álvarez Obaya nació en Villaviciosa, Asturias, el 21 de enero de 1934. Era hija de una familia acomodada y siempre quiso dedicarse a la investigación. Tras superar una oposición, fue destinada a Lanzarote y llegó al municipio de Haría en el año 1961, en calidad de Inspectora Municipal de Farmacia. Dos años después de su llegada comenzaron a producirse en el pueblo una serie de muertes por causas desconocidas, concretamente la de Jesús Barreto Barreto, Santiago Betancor Méndez y María Zerpa Álvarez, enterradora del municipio. Todos ellos habían sido inhumados y en su certificado de defunción figuraba la misma frase: “Muerte natural”.