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7 de febrero de 2017

El primer ascenso del Real Gijón

El Real Gijón logró la gloria en el año 1944 al ascender a Primera División de fútbol
Celebración del ascenso a 1ª división en el año 1944
El doctor Salas abrió el primer sanatorio psiquiátrico al lado de la plaza de toros de El Bibio y se puso la primera piedra del Sanatorio Marítimo
REAL GIJÓN C. F. - Gijón, - Temporada 1944-45 - Cholo Dindurra, Liz, Sión, Ceballos, Gundemaro, Domingo, Gayol y Héctor; Chano
El Ayuntamiento de Gijón que presidía el alcalde Mario de la Torre García-Rendueles desde 1943 -tras sustituir a Paulino Vigón Cortés- convocó un concurso de anteproyectos entre arquitectos españoles para construir un gran edificio destinado a hoteles, casino y balneario, en los terrenos donde estuvo el hospital de Caridad, con vistas a la potenciación turística de Gijón. Tras el derribo del hospital, la fachada marítima había mejorado mucho con la demolición de las casuchas y los tendederos de ropa. El capitán general de la VII Región, José Solchaga, presidió la colocación de la primera piedra del Sanatorio Marítimo para los niños desvalidos y asistió a la recogida de materiales en las ruinas del cuartel del Simancas. Y una cuarta parroquia iba a ser construida en aquella populosa villa que ya superaba los cien mil habitantes: la de Nuestra Señora de la Medalla de La Milagrosa, en el barrio obrero de El Llano. Pero la auténtica promoción fue la del ascenso del Real Gijón a Primera División.
1944. JUGADORES DEL SPORTING.
El doctor Salas abrió su psiquiátrico al lado de la plaza de toros. El doctor José Salas Martínez (quien estuvo encarcelado por sus ideas liberales) tras lograr la libertad se vino a Gijón para abrir un sanatorio psiquiátrico, al lado de la plaza de toros, en una casa que alquiló a la familia Nespral y que tenía un gran jardín. Su familia vivía en el primer piso y su hija, la científica Margarita Salas ha contado la anécdota de que, en una ocasión, cuando los pacientes de enfermedades mentales estaban jugando al fútbol, el balón cayó al recinto del coso taurino y no se lo daban, por lo que muy cuerdos ellos y con unos encomiables reflejos advirtieron que si alguna vez caía un toro a los jardines del sanatorio, pues tampoco lo devolverían. Aunque Margarita Salas recuerda su infancia allí de manera muy feliz, no puedo decir lo mismo con mi experiencia personal, ya que una vez que me llevó mi madre a una consulta con el afamado doctor, todavía recuerdo con terror, mientras esperaba a la entrada de su despacho, los estremecedores alaridos que proferían los enfermos allí hospitalizados. El doctor Salas me diagnosticó un soplo en el corazón, del que nunca más se supo.
Sin embargo, el doctor Salas fue un gran jugador de ajedrez y hasta consiguió tablas con el entonces campeón del mundo, el también doctor Alejandro Alekhine, en una sesión de diez tableros organizada en los salones del casino de La Unión. Unos años más tarde lograría ganar al nuevo campeón del mundo, el británico Baruch Harold Wood.
Lola Flores en 1944
Lola Flores triunfaba en el Gran Café Arrieta. Al Gran Café Arrieta llegaría una joven llamada Lola Flores acompañada de su madre, Rosario Ruiz, y de una niña recién nacida, llamada Carmen, que no se sabe muy bien de quién era realmente hija. El famoso camarero Leopoldo Madruga -con quien iba frecuentemente al cine dejando a la niña al cuidado de Rosario- me contó la historia y también su relación con el famoso futbolista Perico Pena -"¡Ay Pena, penita, pena!"- quien le regaló un vestido de cola con lunares blancos y negros. Tal fue el éxito de Lola Flores que cobrando doscientas pesetas por tres actuaciones diarias su contrato fue prorrogado durante cinco meses. Posteriormente pasó a cantar a El Musical, donde también actuaban los "Hermanos Cape", inventores de un chiste muy famoso por entonces: "¿Qué le dijo el perro arrepentido a otro perro? Perróname". Cuatro años más tarde Lola Flores volvió a Gijón con el espectáculo "Zambra" y tuvo sus más y sus menos con Manolo Caracol.
El Sanatorio Marítimo, inaugurado en 1945
El Real Gijón ascendió a Primera División. Tampoco el fútbol fue ajeno a las vicisitudes políticas y el nuevo presidente del Real Gijón Secundino Felgueroso Fernández-Nespral, quien tuvo que renunciar a la opción de compra sobre El Molinón, a cambio de trescientas mil pesetas, con el fin de hacer frente a las numerosas deudas. Se creó entonces otro equipo de fútbol en Gijón, el Oriamendi, pero la presión popular hizo que no pudiese jugar en El Molinón y sus partidos fuesen desplazados al campo de los Hermanos Fresno. En la historia del principal equipo de fútbol gijonés aparecería por entonces el famoso Cholo Dindurra. De su genialidad se llegó a escribir que jugaba cuando le apetecía y si no era así se refugiaba a la sombra de la "tribunona" hasta que le entrasen de nuevo las ganas de participar en el partido.
En 1944, cuando el Sporting -no se podía llamar así por imperativo oficial- llegó a la gloria, al ascender el Real Gijón a Primera División, con lo que solamente tres provincias españolas: Asturias, Barcelona y Madrid contarían entonces con dos equipos en Primera División: el Oviedo y el Gijón.
Debido a ello, el Ayuntamiento de Gijón acordó adquirir la plena y libre propiedad del campo de El Molinón y finalizar las obras de la nueva grada de cemento para que el equipo pudiese jugar su primer partido en la máxima categoría.
A la izquierda, el sanatorio del doctor Salas, con una palmera en su jardín
El maestro de periodistas Juan Ramón Pérez Las Clotas lo rememoró así en LA NUEVA ESPAÑA: "Recuerdo ver llegar el autobús con los jugadores a las oficinas que poseía el club en la plaza del Carmen, en el edificio donde hoy está la sala del Monte de Piedad de Liberbank. El recibimiento lo pude seguir desde un piso más arriba del inmueble del que ocupaba las oficinas del club rojiblanco, ya que por entonces yo trabajaba como meritorio, de becario, para el periódico 'Voluntad'. En el piso de arriba estaba la asociación estudiantil del SEU, de la que yo era miembro. Aproveché la oportunidad para desde allí no perder detalle con el fin de plasmarlo después, en las gacetas que habitualmente escribía. Ellos llegaron en un autobús muy característico de aquellos años que era usado en los meses de verano. Tenían una capota que en la época estival se quitaba por el buen tiempo y servía para viajes turísticos a Covadonga y playas cercanas. Desde aquellas ventanas pude ver con detalle cómo los aficionados se acercaban al vehículo descapotable. Cholo Dindurra era el jugador más querido por los aficionados. Él viajó junto al chófer y fue el que recibió más elogios". Los futbolistas entraban triunfantes en la ciudad, pero no porque así estuviera programado, sino porque venían de viajar de su último partido. En aquella época no era todo tan espectacular como lo puede ser ahora. Los medios eran más escasos y apenas hubo banderas rojiblancas por falta de recursos para celebrarlo. Lo que sí es cierto es que la gente lloró de emoción y disfrutó, pero en cuanto a número de seguidores en la calle fue mucho menor que en posteriores celebraciones. "Tras bajarse del autobús, los jugadores exhibieron el trofeo de primeros de la Liga, desde el balcón de aquellas oficinas. Lo mostraron a todos los que se congregaron en torno al edificio. Hubo una gran multitud que se extendió después hasta la zona del muro de San Lorenzo".
Foto anuncio de Mariquita Pérez
El nacimiento de Mariquita Pérez. "La Innovación"publicaba espectaculares anuncios ilustrando la demolición de las barricadas de los precios con un tanque Renault FT-17 y el lema "Deshacer y triturar los precios" en su reputada tienda de novedades, pañería y tejidos. También Navarro Óptico, en el número 49 de la calle Corrida, ofrecía pulseras, imperdibles y sortijas con insignias patrióticas y militares.
En Radio Gijón, de la mente de Leonor Coello y el artesano Bernabé Molina, nació la popular Mariquita Pérez, "la muñeca que se viste de verdad" y que costaba la friolera de cien pesetas, por lo que la mayoría de la gente tuvo que conformarse con "Mariquitas" de papel con recortables para su ropa interior y sus vestidos.
La argentina Celia Gámez, que era adicta al régimen imperante en aquella España de los años cuarenta, traía sus aires eróticos con sus cuplés y arrollaba en el nuevo Teatro Jovellanos (heredero del Dindurra en el paseo de Begoña). No obstante, a las mujeres la publicidad les recomendaba que "sin medias, vestida a medias".
Celia Gámez
FUENTE: MANUEL DE CIMADEVILLA
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