Por favor, no
disparen al Orfeón
En los años anteriores a la Guerra Civil (lo que luego se llamó «tiempos normales»), a falta de televisión e internet era frecuente que los ciudadanos de nuestras cuencas entretuviesen su ocio participando activamente en todo tipo de asociaciones: la militancia en los partidos y sindicatos alcanzó cotas que ahora envidiaría cualquier dirigente
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Ilustración de Alfonso Zapico |
https://www.lne.es
Los
equipos de fútbol, que existían en cada aldea y cada barrio, contaban
con una hinchada y una cantera inagotable; los ateneos y las bibliotecas
también florecían allí donde se juntaban media docena de casas... pero
sobre todo fue la época dorada de las agrupaciones musicales y los coros
las que vivieron entonces sus mejores momentos, viéndose obligados a
poner el listón muy alto para seleccionar a quienes querían entrar en
ellas. Y es que en los coros se ensayaba, se actuaba, se pasaban buenos
ratos y además, en los de primera línea, se podía viajar a otra ciudades
que de otra manera nunca se iban a poder conocer. Siempre me han llamado la atención los lazos de amistad que se
establecieron en los coros locales haciendo desaparecer las diferencias
sociales y también las ideológicas. Cuando se observan las fotografías
de estos años vemos juntos en la misma cuerda a personajes de muy
marcada significación política que, aunque se situaban en bandos
enfrentados, mantuvieron su relación de respeto hasta en los momentos
más duros, pero éste es un aspecto tan relevante y característico de la
forma de vida que ahora se está perdiendo en la montaña central que
merece por sí sola uno de estos artículos.
Otra costumbre, que se ha resucitado en parte con el tren de madera que
anualmente hermana Mieres con Llanes, consistía en establecer una
correspondencia entre dos villas alejadas en la geografía regional cuyos
vecinos se comprometían respectivamente a desplazarse en masa el día de
la fiesta grande de cada una, con lo que el ambiente estaba garantizado
en ambas y los bares, llagares y cafés hacían su agosto; de paso
surgían amistades, amores pasajeros e incluso alguna relación más
estable que podía acabar en matrimonio, aunque lo fundamental era que
todos lo pasaban bien. Los mayores aún recuerdan cómo en septiembre de 1930 tuvo ocasión una de
aquellas jornadas mágicas cuando un tren especial y engalanado llevó
hasta San Esteban de Pravia a la Banda de Música municipal y el Orfeón,
acompañados por unos 1.500 mierenses para devolver la visita que los
pravianos habían hecho por San Xuan a la villa del Caudal. En Pravia
hubo procesión, comida, hermanamiento con las agrupaciones musicales y
corales de la localidad y hasta un pequeño homenaje a Reinerio García,
director del Orfeón, quien fue obsequiado con una primorosa batuta
-regalo inútil porque él dirigía siempre con una llave-. Y aquel no fue
un viaje aislado, ya que esta correspondencia entre las dos poblaciones
se repitió en otras ocasiones con un ritual parecido.
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De lo que seguramente ya no se acuerda nadie es de otro episodio menos
agradable ocurrido el 17 de diciembre de 1933, pero cuando falla la
memoria están las hemerotecas y en ellas queda constancia del susto que
se llevaron los orfeonistas mierenses aquella noche y que
afortunadamente no pasó de ahí. Se lo cuento. Por aquellas fechas se vivían en España momentos delicados, el país
andaba revuelto porque grupos de obreros y campesinos anarquistas habían
decidido iniciar por su cuenta la revolución social. La semana había
estado llena de sobresaltos, petardazos y enfrentamientos con las
fuerzas del orden, y ahora se estaba produciendo un goteo constante de
registros y detenciones en busca de los implicados. Asturias no era una
excepción y también aquí se reproducía esta situación, que aunque no
llegaba a alarmar a la población sí hacía que el ambiente estuviese más
tenso de lo habitual. Para complicar la situación se habían multiplicado otros incidentes
paralelos, causados más por la pura necesidad que por querer alentar la
subversión, un ejemplo llamativo fue el asalto en la estación del Norte
de Valladolid del tren 1001, cargado de carbón, y que había sido
saqueado por una turba de 200 personas que abrieron las puertas de los
vagones para repartirse 1.500 kilos de carbón, llegando a herir a uno de
los interventores de la compañía, y es que había que calentarse de
alguna forma en un invierno inusualmente frío.También aquí nevaba, pero a
pesar de todo el Orfeón de Mieres había aceptado sin vacilar la
invitación de la popular Sociedad de Festejos de Santiago para
intervenir en una velada artística que se tenía que celebrar el sábado
16 de diciembre en el Teatro Llaneza de Sama de Langreo.
El acontecimiento, como era de esperar, fue un éxito. A pesar de las
inclemencias, el Orfeón fue recibido por las autoridades locales y un
numeroso público a los acordes que hizo sonar la laureada Banda
Municipal de Música de la localidad y luego, en el Ayuntamiento, todos
disfrutaron de un delicado lunch, cruzándose frases de afecto entre el
alcalde langreano y el presidente del Orfeón. Más tarde, el recital también resultó brillante, aunque muchos vecinos
habían preferido volver a casa para evitar el intenso frío y la nieve
que no había cesado en toda la tarde. El Orfeón estuvo a la altura de su
fama gustando mucho las obras tituladas «La siembra» y la «jota
castellana» y también la excelente Banda Municipal de Música obtuvo un
gran éxito interpretando obras dificilísimas de Beethoven, Bach y un
poema sinfónico de Antonio San Nicolás; ambas agrupaciones fueron muy
aplaudidas y sus respectivos directores, Reinerio García y el veterano
Cipriano Pedrosa, recibieron la felicitación de todos. En fin, una
jornada redonda... pero faltaba la vuelta a casa. Cuando ya hacía horas que se había puesto el sol la furgoneta de los
orfeonistas inició el viaje de regreso por la complicada carretera que
une los dos valles hermanos, a la estrechez de la ruta y las curvas
imposibles que todos conocemos se unía la tempestad que no cesaba y lo
peligroso que estaba la calzada cubierta de nieve. El vehículo iba al
completo, sin un asiento libre. A la diferencia entre el calor que
proporcionaban los viajeros y el frío extremo del exterior se sumaba el
humo de los que iban fumando, lo que en aquellos años suponía
irremediablemente que los cristales no dejasen de empañarse a no ser que
se entreabriesen las ventanillas, de modo que no hubo más remedio que
bajar algunos cristales para poder seguir la marcha.
Afortunadamente, a pesar de las canciones que le instaban a ir más
deprisa, el conductor era prudente y no pisaba mucho el acelerador y es
que parecía que aquellas voces no habían tenido bastante con la
actuación y querían seguir animándose por su cuenta, pero de repente
llegó el sobresalto: una serie de detonaciones retumbó en el aire desde
la oscuridad de la cuneta e incluso algunos impactos llegaron a
percibirse claramente golpeando la chapa de la furgoneta.
Instintivamente, muchos se escondieron bajo los respaldos y el conductor
frenó en seco, derrapando de tal forma que sólo la poca velocidad le
salvó de no irse terraplén abajo. Luego vinieron un par de minutos
interminables, nadie se movía ante el temor de que el ataque se
repitiese, pero no fue así. Poco a poco todos se fueron incorporando y, cuando se comprobó que no
había heridos, los más valientes decidieron apearse para analizar los
daños: los neumáticos estaban intactos y ningún líquido manchaba la
pureza de la nieve, con lo que estaba claro que se podía reanudar la
marcha y había que hacerlo pitando.
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La Calle Carreño Miranda de Mieres hacía el año 1929. (Archivo del blog) |
Ya en Mieres aquella noche se durmió poco y en los días siguientes
fueron unánimes las protestas que salieron de todos los labios contra
los salvajes autores de esta fechoría, ignorando el propósito que tenían
al disparar contra una camioneta llena de gente en la que pudieron
haber ocasionado varias víctimas con sus pistolas -pues a juzgar por los
impactos estas eran las armas empleadas en el atentado. A la hora de identificar a los autores se pensó en varias posibilidades y
finalmente se llegó a la conclusión de que no había sido más que una
gamberrada perpetrada sin medir las posibles consecuencias y se quiso
creer que los disparos no se había dirigido contra el Orfeón de Mieres,
sino sólo por hacer una mala gracia. De cualquier modo, en su momento
nunca llegó a saberse con certeza y ahora que ya ha pasado el tiempo y
seguramente los autores gozan de mejor vida, vamos a seguir sin saberlo.
Visto desde la distancia, no pasa de ser una anécdota, pero no está mal
recordar estas cosas.
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El Orfeón de Mieren en Leon. Año 1958. Saber más |
FUENTE: ERNESTO BURGOS - HISTORIADOR. Publicado por La nueva España el 17-03-2009. (LNE) _____________________________________________________________________
AUTORES.
Ernesto Burgos Fernández (historiador). Nació en Mieres (Asturias) el 7 de julio de 1957.
Historiador, columnista y biógrafo, éstas son algunas de las facetas de un
Ernesto Burgos que rescata con talento personajes y anécdotas de nuestra
historia. Un notorio investigador y gran divulgador. Licenciado en Geografía e
Historia por la Universidad de Oviedo (1979). Diploma de Estudios Avanzados en
Arqueología Histórica («La romanización en las cuencas mineras del sur de
Asturias» 2006). Profesor de Educación Secundaria, ha trabajado en los
institutos «Juan de Herrera» (Valladolid), «Sánchez Lastra» (Mieres), «Camino
de La Miranda» (Palencia), «Valle de Aller» (Moreda) y desde 2006 en el IES
«Mata Jove» de Gijón. En el año 2016 el reconocido historiador mierense fue
distinguido con el reconocido galardón anual de “Mierense del año”. Secretario
General de Izquierda Republicana en Asturias (1992-2002); miembro fundador del
Partido por la III República (P3R) y actualmente vicepresidente del Ateneo
Republicano de Asturias. Coautor de los libros de texto «Entre amigos»
(Conocimiento del Medio) para Asturias y Cantabria (2002); coordinador de la
revista de Ciencias Sociales «Cuadernos de Mieres» (2001-2002); experto en la
cultura y la historia de las cuencas mineras asturianas. Ha impartido varios
cursos sobre el patrimonio arqueológico de Aller, Lena y Mieres y defendido
ponencias sobre su temática en jornadas y congresos. Desde los años 70 escribe
desinteresadamente artículos para numerosas publicaciones, álbumes y periódicos
locales (Esquisa, Mieres 30 días, La Voz de Ujo, Camín de Mieres, Mieres, El
Carbón, Por tierras del Caudal, Aula de Paz…). Ha sido pregonero en las fiestas
de Santa Bárbara (2002); La Teyerona (2006); San Xuan de Mieres (2007) y Santa
Cruz (2011). Histórico militante republicano. Secretario General de Izquierda
Republicana en Asturias (1992-2002); miembro fundador del Partido por la III
República (P3R) y actualmente vicepresidente del Ateneo Republicano de
Asturias. Biógrafo de los revolucionarios mierenses Manuel Grossi Mier («Cartas
de Grossi». 2009) y Jesús Ibáñez («Y el verbo se hizo furia». Semana Negra
2010), también ha prologado a varios autores asturianos. Colaborador del diario
asturiano La Nueva España, donde ha firmado las series: «El patrimonio de Las
Cuencas» (1998-2000); «100 años de historias y andanzas» (2000-2002) y «Los
personajes de nuestra historia» (2003-2004). Desde febrero de 2005 mantiene
ininterrumpidamente la página semanal «Historias heterodoxas». FUENTE
El blog de Acebedo (Antología de Historia). La Historia es una disciplina
académica que aspira a comprender el pasado y la forma en que se ha
configurado el presente. Es necesaria para entender, para cambiar y para
saber cómo ha llegado a existir la sociedad en la que vivimos.
“El único deber que
tenemos con la historia es reescribirla”. (Oscar Wilde)
El Blog de Acebedo se adentra en la historia de nuestra
tierra, TODO SOBRE ASTURIAS, MIERES Y CONCEJO. navegar en este
blog, es conocernos mejor a nosotros mismos y nuestra dilatada historia. Como
decía el poeta mierense Teodoro Cuesta García-Ruiz (09/11/1829 – 01/02/1895),
“soy d´esa villa y á honra tengo haber nacío
nella”
______________________________________________________________________
______________________________________________________________________NOTA: Los nombres de los
autores aparecen en el pie de cada imagen o al final de cada artículo, si no es
así, se debe a que es un dato que se desconoce, así que, si algún autor la ve
en este blog, le rogamos que se ponga en contacto con “El Blog de Acebedo” para hacerlo
figurar o para borrarla si es su deseo, porque es justo reconocer a los
autores.
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