5 de septiembre de 2012

Adolfo Quintana Castañon " QUINTANA" Guerrillero Antifranquista.

De los últimos combatientes en los montes de Mieres
Adolfo Quintana Castañón. (El blog del mierense)
Cuando Quintana se hizo adulto, muy pronto sería perseguido por sus actividades políticas 
Ilustración de Alfonso Zapico

http://lacomunidad.elpais.com
Un día fue llamado al cuartel, donde fue apaleado, y eso no le gustó, a partir de ese día la vida de Quintana cambiaría para siempre......
“Mi cuerpo es mío, a mi padre le fusilasteis, pero yo no seré el paragolpes de vuestra represión”.
Estas frases fueron dichas y repetidas por él en su vida guerrillera. Vivía en una casa apartada del resto del pueblo de Santa Cruz de Mieres. Y por la parte de atrás, saltó por una ventana pues tenía muy cerca un monte de árboles, con grandes matos. Todo esto favoreció y protegió las escapadas de este hombre. Cuando la guardia civil lo venían a detener ...En una de estas se unió a los grupos guerrilleros de la zona.... A partir de ese momento comenzó la persecución de Quintana. ...
Ilustración de Alfonso Zapico
La vida de Quintana en la montaña fue muy activa. Se movió por todos los montes de Asturies y parte de León. Fue un compañero muy querido por todos aquellos que lo conocieron. Su fácil trato y don de gentes le favorecían para ganarse el aprecio hasta con las personas que no pensaban como él. Como se dio el caso de que también era apoyado y protegido por personas de derechas. Fue herido en los enfrentamientos repetidas veces. Una de ellas, la más grave, fue atendido y curado en una clínica de Oviedo. Por todas estas cualidades que concurrían en este joven, de fácil trato, fue muy querido por toda aquella juventud que le trató desde edad muy temprana...
Ilustración de Alfonso Zapico
Por todo esto saltó a la calle el mito del guerrillero Quintana. A lo largo de la investigación realizada por donde más pisó se pudo observar, después de haber transcurrido cuarenta años, que todavía goza por estas zonas de una gran simpatía.Se podría decir que este guerrillero estaba totalmente identificado con el pueblo, que le apoyaba constantemente. Esto le facilitaba tal protección que, con cierta frecuencia, se podría presentar, de momento, en los salones de baile, o en las verbenas de las fiestas, donde convivía con los jóvenes de su edad, sin que por ello fuera denunciado ni una sola vez.  La muerte de Adolfo Quintana y su compañero, conocido como “El canario”, ocurrió como consecuencia de una traición el domingo día 14 de agosto de 1950, en el pueblo del Pedroso, en Santullano, Mieres. Cuando los ciudadanos de este pueblo comenzaron a moverse por la mañana temprano, para realizar sus faenas, estas fuerzas, que rodeaban al pueblo, procedieron a detenerlos, ordenándoles que no se movieran de sus casas. Todo esto alertó a los guerrilleros, que inmediatamente se dieron cuenta de que estaban rodeados. El día ya era claro. Y comenzó el fuego. En la casa, donde se encontraban los guerrilleros. .. Allí, en aquella amplia antojana, acababan de ser asesinados Adolfo Quintana y su compañero, “El Canario”, un domingo, a las once de la mañana, día 14 del mes de agosto de 1950. Sus cadáveres fueron trasladados, por vecinos de este pueblo, hasta el cementerio de Villarejo, de Santullano, donde descansan sus restos
Ilustración de Alfonso Zapico
 Fuente: http://lacomunidad.elpais.com
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Lección de guerrilleros
Ilustración de Alfonso Zapico

Durante dos días los cuerpos acribillados de Quintana y Canario estuvieron expuestos en una caseta del cementerio de Villarejo
Ilustración de Alfonso Zapico

Los militares que los habían matado, después de una cruenta y desigual batalla de todos contra dos en El Pedrosu, ordenaron que dejaran allí a los muertos para que la gente los viera y se amedrentara. No contaban con que, para aquel agosto de 1950, el pueblo mierense ya había visto demasiada represión e injusticia, demasiada sangre y tortura como para dejarse amilanar. Así, la exposición pública de los cuerpos acribillados de aquellos dos valientes guerrilleros -Adolfo Quintana y Ángel Díaz Diego Canario -derivó en un homenaje popular que continuó durante décadas, hasta ayer mismo, sesenta y un años menos tres meses después de su muerte. El acto, organizado por Izquierda Unida de Mieres, contó con la presencia de algunos familiares y amigos de las víctimas. En el homenaje, que comenzó con una canción de Javier Valdés en honor a los guerrilleros, participaron el candidato de IU a las elecciones autonómicas, Jesús Iglesias; el cabeza de lista de la coalición en Mieres, Aníbal Vázquez, el coordinador local y uno de los principales impulsores de la iniciativa, Luis A. Payo y el actual alcalde Luis María García.
Ilustración de Alfonso Zapico
“ Quintana siempre llevaba con él un libro, casi siempre sobre marxismo. Era el más valiente. A Canario le gustaba cantar, a veces me decía que le enseñara las coplas de la época. Tiraba muy bien a pistola. Podría destacar de ellos muchas cosas pero sobretodo su compañerismo y su lealtad”, explicó Aquilino Fernández, Quilino Polio , ante la atenta mirada de Cari Quintana, que no pudo reprimir las lágrimas al acordarse de su hermano Adolfo Quintana. Cari, con la emoción en la garganta, fue una de las encargadas de inaugurar el monolito en honor a los dos guerrilleros y que, desde ayer, se puede visitar en la parte baja del cementerio de Villarejo, a escasos cinco metros del cuartín en el que se expusieron “como trofeos” los cuerpos de Quintana y Canario. Donde antes sólo había memoria ahora hay dos placas -que recuerdan sus nombres y su historia- y una escultura que nació de la cabeza del investigador Luis Felipe Capellín, que prepara un documental sobre Quintana.
Ilustración de Alfonso Zapico
“Quintana era el guerrillero más importante de la zona y por eso vinieron a por él”. Así inició su discurso Capellín, antes de explicar la historia que llevó a los dos guerrilleros a ser masacrados. Según apuntan las investigaciones llevadas a cabo desde aquella época, la muerte de Quintana y Canario el 14 de agosto de 1950 empezó a fraguarse el 1 de agosto de ese mismo año. Ese día fueron detenidos en la frontera francesa dos guerrilleros, Luis González Barranca y Canor. Ambos fueron devueltos a Asturias y sometidos a unas duras sesiones de tortura en las se les obligó a dar información sobre Quintana, natural de Mieres, y Canario, nacido en Cuba pero criado en Infiesto. Cuando los militares consiguieron lo que querían acudieron al Pedrosu a buscarlos. Durante horas los guardas estuvieron disparando hacia la casa donde se guardaban. El fuego cruzado fue ensordecedor y viendo que los dos guerrilleros no se rendían, los militares le predieron fuego a la vivienda. Quintana y Canario no pudieron hacer más que saltar por la ventana. Fue entonces cuando “los fascistas los molieron a balazos”. En las paredes de la casa, años después, aún se podían contar los disparos de aquella nefasta madrugada. Barranca y Canor no corrieron mejor suerte, meses después murieron a garrote vil en la cárcel de Oviedo. Con todos ellos desapareció también la resistencia organizada en Asturias.
Ilustración de Alfonso Zapico
FUENTE:
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